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La ansiedad no es algo nuevo. Se ha manifestado desde la Segunda Guerra Mundial hasta la era digital en plataformas como TikTok. Estrategias como el tiempo de preocupación, terapias y la desconexión de las redes sociales pueden ayudar a calmar la ansiedad.
Cuando experimentamos ansiedad, la amígdala una estructura cerebral envía alertas a otras áreas del cerebro, poniéndolo en un estado de alerta defensiva.
En la era digital del siglo XXI, la ansiedad ha sido proclamada como la enfermedad predominante de nuestra época. Al explorar en la historia, nos damos cuenta de que la ansiedad no es una invención reciente, sino más bien una compañera constante a lo largo de los siglos.
Se calcula que aproximadamente el 20% de la población colombiana experimenta algún trastorno mental, siendo la ansiedad y la depresión las más frecuentes. Estas cifras podrían ser mayores debido a la falta de acceso generalizado a servicios de salud mental en el país.
En este artículo, nos aventuramos más allá de las narrativas convencionales para explorar cómo la ansiedad ha evolucionado a través de la historia, conectando momentos aparentemente distintos como la Segunda Guerra Mundial, un evento histórico que marcó a la humanidad hace 77 años, y TikTok, la revolucionaria red social.
Antes de explorar más a fondo las conexiones, es esencial comprender qué es la ansiedad. Según la NIH Medline Plus, es el nerviosismo ante la posibilidad de que algo salga mal, la desesperanza, el miedo y la sensación de poco control.
Cuando experimentamos ansiedad, la amígdala una estructura cerebral envía alertas a otras áreas del cerebro, poniéndolo en un estado de alerta defensiva.
Este proceso desencadena respuestas físicas, como taquicardias, dificultad respiratoria, tensión muscular y, en algunos casos, ataques de pánico.
De acuerdo con Ilay Ventura, tiktoker de la salud mental y CEO de Web Market Studio en nuestro podcast A Dos Grados, esto puede surgir por diversas razones, desde vivir eventos traumáticos de gran magnitud (como las guerras) hasta la presión de las redes sociales.
En ambos casos, la incertidumbre y el miedo al futuro son elementos comunes que vinculan estos aparentemente dispares eventos históricos y modernos.
La conexión entre TikTok y la Segunda Guerra Mundial puede parecer intrigante y distante a primera vista. Sin embargo, la respuesta se revela en un sentimiento compartido: la ansiedad.
De acuerdo con Ilay Ventura, la ansiedad, lejos de ser una novedad del siglo XXI, ha sido una fuerza que ha pasado desapercibida y que ha afectado a generaciones, manifestándose en los momentos más críticos de la historia y resonando en la cotidianidad virtual de hoy.
La Segunda Guerra Mundial dejó una marca imborrable en la humanidad y generó un sentimiento de desesperanza al cambiar las percepciones sobre el futuro.
Por otro lado, TikTok, con su capacidad para influir en las emociones y la atención, ha alterado la forma en que nos sentimos en el presente. Ambos eventos, en su propio contexto, han contribuido al panorama de la ansiedad en la sociedad.
La Segunda Guerra Mundial, un conflicto que duró seis años, no solo cambió la historia del mundo, sino que dejó a la humanidad sumida en el miedo y eventos traumáticos.
Según señaló Camilo Roselli, historiador y miembro de Nerds de la Historia, en nuestro podcast A Dos Grados la brutalidad del conflicto, marcada por eventos como el surgimiento de las bombas atómicas, los horrores de los campos de concentración y los crímenes de guerra, generaron una profunda inquietud en la sociedad.
A eso hay que sumarle el declive económico y hambruna que vivieron los países involucrados tras finalizar la guerra.
La incertidumbre y la desesperanza se apoderaron de las mentes de aquellos que vivieron en esa época, creando una sensación de ansiedad que, aunque no se reconocía en aquel entonces, era un sentimiento prevalente en la población mundial.
En nuestros tiempos, aunque un poco más pacíficos, el surgimiento de las redes sociales, como TikTok también ha contribuido a la ansiedad contemporánea. La plataforma, diseñada para mantener nuestra atención a través del exceso de estímulos, puede generar distintas reacciones en cuanto a salud mental (como la ansiedad social) al exponernos a vidas aparentemente perfectas.
Según una investigación de David Schweidel y Morgan Ward, se descubrió que cuando los usuarios están expuestos a este tipo de contenido que muestra una imagen “ideal", tienden a compararse, lo que provoca sentimientos de carencia, envidia, ansiedad y depresión.
De acuerdo con Ilay Ventura, la ansiedad, lejos de ser una novedad del siglo XXI, ha sido una fuerza que ha pasado desapercibida y ha afectado a generaciones, manifestándose en los momentos más críticos de la historia y resonando en la cotidianidad virtual de hoy.
Aunque la ansiedad ha sido un fenómeno que ha impactado a los humanos a lo largo de la historia, desencadenada por diversos factores, en la actualidad —gracias a nuevos estudios e investigaciones— conocemos estrategias para hacerle frente.
La estrategia del "tiempo de preocupación" es una técnica utilizada para gestionar los pensamientos ansiosos y las crisis de ansiedad. Consiste en reservar un período específico, generalmente de 10 a 15 minutos al día, para enfrentar conscientemente todas las preocupaciones que puedan surgir.
Durante este tiempo designado, se permite que los pensamientos ansiosos fluyan libremente, sin restricciones. Lo fundamental es no intentar resolver los problemas en este momento, sino reconocer y aceptar las preocupaciones. La idea detrás de esta estrategia es darle a la ansiedad su espacio designado, pero no permitir que domine el resto del tiempo.
Esta estrategia implica adoptar una perspectiva realista hacia los desafíos y preocupaciones. Reconocer que, en última instancia, la mayoría de los problemas tienen solución es un paso fundamental para reducir la ansiedad. Es crucial aceptar que hay situaciones que no pueden cambiarse y, en esos casos, la aceptación se convierte en una herramienta poderosa.
Una estrategia adicional consiste en establecer límites de tiempo para el uso de las redes sociales y, en ocasiones, desconectarse por completo. Redefinir la relación con la tecnología ayuda a reducir la comparación constante y la presión social que a menudo contribuyen a la ansiedad.
La incertidumbre y la desesperanza se apoderaron de las mentes de aquellos que vivieron en esa época, al crear una sensación de ansiedad que, aunque no se reconocía en aquel entonces, era un sentimiento prevalente en la población mundial.
Otra estrategia fundamental es la disposición a pedir ayuda cuando sea necesario. A menudo, la ansiedad puede intensificarse cuando se mantiene en silencio. Al compartir nuestras preocupaciones con amigos, familiares o profesionales de la salud mental, podemos obtener perspectivas externas y apoyo emocional.
Es importante recordar que solicitar ayuda no es una muestra de debilidad, sino un acto de valentía y autocuidado.
La ansiedad ha sido un hilo conductor a lo largo de la historia, desde la época de la Segunda Guerra Mundial hasta la era de TikTok. Aunque los contextos difieren, la ansiedad y salud mental ha sido una constante, adaptándose y manifestándose de diferentes maneras.
Al explorar estas conexiones inesperadas, comprendemos mejor nuestra propia experiencia con la ansiedad para aprender a afrontarla de manera más efectiva.
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