“La elección de independizarse es personal y no es un proceso que sea igual para todos. La comodidad y la decisión personal juegan un papel crucial en él”,
Vivir solo por primera vez no solo significa mudarse, sino comprometerse con una planificación financiera sólida, definir objetivos, encontrar formas de optimizar gastos y crear un fondo de emergencia.
“La elección de independizarse es personal y no es un proceso que sea igual para todos. La comodidad y la decisión personal juegan un papel crucial en él”,
Cada persona llega a un momento crucial en la vida, en el que decide vivir sola por primera vez. Ya sea por la insistencia de nuestras familias o simplemente por el deseo de abandonar el nido, independizarse y mudarse a un nuevo espacio es parte del crecimiento humano. Más allá de un acto simbólico de madurez, irse de la casa conlleva responsabilidades financieras que debes enfrentar. De hecho, según información proporcionada por la consultora Cbre a través de La República, la mayoría de los colombianos logran dar este paso —en promedio— a los 28 años, mientras que en Estados Unidos se hace a los 24 y a los 26 en Europa.
“La elección de independizarse es personal y no es un proceso que sea igual para todos. La comodidad y la decisión personal juegan un papel crucial en él”, así lo señalaba Yamila Melo, Gerente Comercial de Leasing en Bancolombia, a través de nuestro podcast Economía de a Pie. De acuerdo con los expertos, antes de aventurarnos en el viaje a la independencia, es conveniente tener un plan para asegurarnos de estar listos para este nuevo capítulo.
El primer paso es crear un plan financiero sólido con un presupuesto base. Laura Cardona, líder del Laboratorio de Ciencias del Comportamiento de Bancolombia, destaca que esto va más allá de tener el dinero listo; implica tener organizadas las pequeñas cosas esenciales para vivir de manera independiente (como la cama, electrodomésticos, gastos de mudanza, emergencias, etc). El presupuesto es la base, y los expertos sugieren la regla del 50-30-20 para distribuir ingresos: el 50% para gastos esenciales, el 30% para gastos no vitales y el 20% para ahorro. Para comprenderlo mejor, tomemos el ejemplo de una persona que gana el sueldo mínimo vigente. Si su ingreso es de 1.160.000 de pesos colombianos, asignaría 580.000 para gastos esenciales, 348.000 para gastos no vitales y 232.000 para el ahorro. Este análisis permitirá determinar cuánto se puede destinar al arriendo, facilitando la toma de decisiones sobre un nuevo proyecto de independizarse.
El siguiente paso en el plan es definir qué tipo de vivienda se adapta mejor a tus objetivos y posibilidades económicas. Las opciones incluyen compra de vivienda o apartamento, contrato de arrendamiento, incluso vivir con compañeros de piso. La elección dependerá de tus metas a largo plazo y tu capacidad financiera. Por ejemplo:
¿Qué zonas o barrios se alinean mejor con mis necesidades y preferencias?
¿Prefiero arrendar o comprar una propiedad, vivir con roomies o en una residencia universitaria?
¿Cuál es el tamaño y tipo de vivienda que se adapta mejor a mis necesidades?
¿Cuánto puedo destinar mensualmente para alquiler o hipoteca, servicios, alimentación y entretenimiento?
¿Qué aspectos son esenciales para mi estilo de vida? ¿A qué puedo renunciar momentáneamente con el fin de conseguir ahorrar para mi independencia?
Recomendados para ti: Estrategias para ahorrar la cuota inicial de tu casa y los subsidios de vivienda que hay en Colombia.
Una vez que tienes claro tu presupuesto y tus metas, es crucial establecer un fondo de emergencia. María Isabel Ramírez, analista del Laboratorio de Ciencias del Comportamiento de Bancolombia, en el episodio 48 de nuestro podcast Economía de a Pie, destaca:
la importancia de contar con un fondo de mínimo tres meses de tus gastos fijos como un salvavidas financiero en caso de imprevistos y situaciones financieras difíciles.
Una vez que has decidido independizarte y has establecido tu presupuesto, es el momento de abordar los aspectos más prácticos al mudarte. Aquí te dejamos algunos consejos:
Cuando vas a vivir solo por primera vez, es esencial tener ciertos elementos básicos para garantizar una vida cómoda. María Isabel Ramírez sugiere que priorices, al menos, la adquisición de una cama o colchón, una nevera y una lavadora. Estos elementos fundamentales te permitirán establecer una base sólida para tu nuevo hogar.
Si enfrentas limitaciones financieras para comprar muebles y electrodomésticos nuevos, la clave es ser recursivo. Puedes recurrir a amigos y familiares para obtener artículos de segunda mano que aún estén en buen estado. Compartir tus planes de independencia puede resultar beneficioso, ya que es posible que alguien tenga muebles o electrodomésticos adicionales que estén dispuestos a regalarte.
La construcción de tu nuevo hogar no tiene que ser un proceso inmediato. Comienza adquiriendo elementos más pequeños, como utensilios de cocina, ropa de cama y artículos de decoración a lo largo del tiempo. Al hacerlo, te aseguras de no abrumarte financieramente y de construir un espacio que refleje tu personalidad y estilo de vida.
La importancia de contar con un fondo de mínimo tres meses de tus gastos fijos como un salvavidas financiero en caso de imprevistos y situaciones financieras difíciles.
Los productos de aseo personal y del hogar pueden ser costosos, y es común subestimar su impacto en el presupuesto. Es recomendable incluir estos gastos en tu planificación financiera anticipada. Busca ofertas y promociones en estos productos para optimizar tus gastos y asegurarte de que no te tomen por sorpresa en tu primera compra para el hogar.
Optimiza tus compras de alimentos y productos básicos visitando diferentes supermercados en busca de mejores precios. Haz uso de las promociones y descuentos para maximizar tu presupuesto.
Si encuentras obstáculos financieros para adquirir ciertos artículos, sé creativo en la búsqueda de soluciones. Por ejemplo, negocia con familiares para obtener muebles usados, participar en intercambios o incluso explorar opciones de alquiler temporal para ciertos artículos.
Una vez viviendo solo, la gestión financiera se vuelve crucial. Nunca debes tocar el dinero destinado a los gastos fijos, como el alquiler y los servicios públicos. Programar pagos a tiempo evitará problemas financieros a fin de mes y posibles costos adicionales por reconexiones.
Al planificar cuidadosamente, ser consciente de tus finanzas y aprender de la experiencia, convertirás el paso hacia la independencia en un logro duradero.
Finalmente, es vital ser consciente de los gastos hormiga, esos pequeños desembolsos diarios que pueden acumularse. Un café diario o comer fuera regularmente afecta significativamente tu presupuesto. Estar atento a esas compras pequeñas marca la diferencia y te ayuda a mantener un control efectivo de tus finanzas.
Vivir solo por primera vez no tiene que ser una carga financiera. Más bien, es una oportunidad para disfrutar del proceso y tomar el control de tu vida.
Al planificar cuidadosamente, ser consciente de tus finanzas y aprender de la experiencia, podrás convertir el paso hacia la independencia en un logro duradero. Prepárate lo mejor que puedas, pero recuerda que aprender de los desafíos y seguir adelante es parte del viaje hacia una vida más autónoma y financieramente saludable.
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