La causa más común del fracaso empresarial es la mentalidad o estado emocional del emprendedor. Aprende cómo gestionar tus emociones para que el miedo y la frustración no te ganen la partida en el mundo de los negocios.
¿Por qué fracasan los emprendimientos?
En Colombia, la tasa de supervivencia de las empresas a cinco años es de 33.5 %. Es decir que, de los 296.896 negocios fundados en 2017, solo 98.696 seguían operando en 2022, según el estudio “La supervivencia empresarial en Colombia”, realizado por Confecámaras en 2023. En este se afirma que el tamaño de la empresa, así como su capacidad de atraer inversión y llegar a nuevos mercados son algunos de los factores que más inciden en la subsistencia de las empresas.
Estos aspectos están muy asociados a la mentalidad del líder empresarial, que despliega sus habilidades para impulsar el crecimiento y generar confianza en diversos actores del mercado a partir de una correcta gestión de sus pensamientos y emociones.
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“The GEM Global Report 2023/2024” o Global Entrepreneurship Monitor revela que el miedo al fracaso es uno de los más grandes obstáculos al iniciar un nuevo negocio, así las perspectivas sean positivas. También explica que la resiliencia, que se ha visto fortalecida por retos como la pandemia, es clave para aprender de los desaciertos, manejar la incertidumbre, promover la innovación y prepararse para realizar nuevos intentos que lleven un emprendimiento a su siguiente nivel.
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¿Cómo manejar los retos emocionales y mentales que plantea el emprendimiento? Alejandra Torres disfrutó de una larga y exitosa carrera en el ámbito corporativo y gubernamental: estudió finanzas y relaciones internacionales en la Escuela de Negocios de Wharton de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), trabajó en bancos internacionales valorando empresas tanto en Bogotá como en Wall Street, hizo una maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Berkeley donde se enfocó en lo social y ambiental, laboró en el Banco Mundial en la formulación de proyectos de conservación de biodiversidad, en el Ministerio de Ambiente en Colombia como directora de Asuntos Internacionales y en una ONG ambiental.
Pero entró en una crisis personal que la llevó a fundar Academia Musas hace siete años. Desde ahí acompaña a mujeres, empresarias y líderes a emprender con propósito, empoderarse y escalar sus empresas sin quemarse en el intento.
En Actualízate hablamos con esta emprendedora, quien también es presidenta del Consejo Directivo de Sistema B Colombia, organización que redefine el sentido de los negocios al promover empresas que consideran que entre los indicadores de éxito debe incluirse el bienestar que aportan a las personas y al planeta. Alejandra nos cuenta cómo gestionar las emociones para emprender con mayor efectividad.
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Actualízate (A):
Después de una carrera larga y exitosa dices que experimentaste una crisis personal. ¿Qué la detonó?
Alejandra Torres (AT): Fue una crisis de liderazgo, sentía que había chuleado cosas, pero existía una falta de autenticidad en mi trabajo, me estaba poniendo máscaras en los roles que desempeñaba, el tipo de liderazgo que me exigían se encontraba orientado al hacer y a responder a la presión por ser la más eficiente. Entré en una especie de burnout o cansancio extremo.
Cuando eso pasó hace 10 años, no se hablaba ni de salud mental ni de lo emocional, pero viví lo que es sentirse abatido. Esa crisis fue un gran regalo porque me llevó hacia un proceso de exploración sobre sanación, evolución de la conciencia y desarrollo transformacional de las personas. Aprendí herramientas, tuve una epifanía y dije “ya sé lo que quiero hacer”. Así nació Musas.
A: ¿Qué habilidades consideras vitales para emprender?
AT: Emprender es un camino largo, por eso la mayor cualidad a cultivar es la resiliencia. Hacerlo no es fácil porque asociamos el emprendimiento con la inmediatez, los resultados rápidos, las empresas unicornio. Pero estudios internacionales dicen que más del 80% de las empresas fracasan. Rockstart hizo un estudio sobre qué hay detrás del fracaso en América Latina y concluyó que es el tema emocional.
Hay que entender que el fracaso es inevitable y verlo como un aprendizaje. O sea, ¡prepárense para fracasar, emprendedores, y ojalá fracasen mucho, especialmente al inicio! Esa es una valiosa oportunidad para pivotear, cambiar y adaptarse. Ese acto de resiliencia ayuda a fracasar de una manera productiva y constructiva donde cada obstáculo es un aprendizaje que se incorpora en el producto o en el equipo.
A: ¿Qué habilidades adicionales podrías mencionar?
AT: En el momento de crear un proyecto, es esencial verlo como una empresa. Tenemos la falacia de que el emprendedor debe hacerlo todo, pero un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo dice que el 30% de emprendedores de impacto en la región sufren graves situaciones de salud mental y que la mitad sienten algún tipo de angustia o estrés.
Por eso, una segunda cualidad a cultivar es ser colaborativos y no actuar solos, sino estar bien rodeados, como cualquier deportista de alto rendimiento que necesita mentores de alto valor. Necesitan rodearse de una comunidad, crear equipo y aprender a delegar para escalar de manera sostenible el negocio y no quemarse en el intento o terminar sufriendo de burnout, como está pasando hoy en día tan frecuentemente.
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A: ¿De qué forma se podrían gestionar mejor los retos emocionales que suscita la situación actual?
AT: Diría que, por lo menos, el 50% del enfoque de un emprendedor debe estar en sí mismo, en saberse nutrir, en hacer un trabajo interior, en conocerse profundamente y entender sus creencias limitantes. Estas se vuelven saboteadoras porque no sabemos cómo navegarlas. Lo que logremos hacer afuera es directamente proporcional al trabajo que hemos hecho en nuestro ser.
En Musas hacemos prácticas profundas de autorreflexión a través de la escritura, meditación o respiración consciente. El multitasking o trabajo 24/7 son fórmulas de agotamiento, pero el emprendimiento no es una carrera de 100 metros, sino una carrera a largo plazo. La presencia plena que te das a ti mismo hay que ofrecerla al equipo, escuchar, ser receptivo, promover la retroalimentación continua y la transparencia. Hablar desde lo que necesita cada uno es fundamental para navegar las inevitables caídas o ciclos del emprendimiento.
A: ¿Bajo qué marco es posible construir esas habilidades?
AT: Soy una feliz alumna de un nuevo marco de liderazgo llamado Objetivos de Desarrollo Interior (ODIs). Se propone que, si los líderes no los implementan, entonces no se van a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los ODIs son cinco: el ser, el pensamiento, las relaciones, la colaboración y la actuación. Cada uno tiene cualidades y características importantes para los nuevos liderazgos conscientes como tener una brújula interior afilada y aprender a comunicarse desde la empatía.
La idea es romper las jerarquías o verticalidades en las empresas, o el sistema imperante, y crear ecosistemas o una mirada más holística de los negocios donde los potenciales competidores se vuelven aliados, por ejemplo. Hoy en día, hay más distracción, el ruido es mayor y eso genera retos para la paz mental, pero es posible crear una nueva manera de ser y de liderar en el mundo.
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A: ¿Cómo se conectan las habilidades emprendedoras con el propósito personal y empresarial?
AT: Conectar con tu propósito personal es fundamental, conocerte a fondo, verte, saber cuál es la huella única que trajiste al mundo. Una vez fortalecido eso, hay una conciencia mayor con el propósito. Eso te da una fuerza interior imbatible, una pasión y creatividad que te lleva a otro nivel. Te saca del piloto automático y te pone en función de algo más grande que tú.
Lo segundo es conectar con el propósito de la organización que estás creando como emprendedor, para eso hay diferentes metodologías como conectar con el alma de tu proyecto, que es algo realmente poderoso. Tu empresa es como un árbol, algo que siembras a largo plazo pensando en el legado que quieres dejar. Entonces, la empresa se vuelve el mejor vehículo de transformación.
A: ¿Qué mensaje les darías a los emprendedores y empresarios que transitan por una crisis emocional?
AT: Les diría que las crisis son un síntoma de algo más profundo. Son valiosas oportunidades para entrar a un proceso de conexión con el ser, con lo esencial en ustedes, con su propósito personal. En Musas decimos que primero debes llenar tu propia copa plenamente antes de poder darle a los demás. Pónganse como primera prioridad. Eso suena egoísta, pero al hacerlo, van a poder dar mucho más. Solo pueden dar lo que se han dado a ustedes mismos. Sé lo que es la presión del día a día y las responsabilidades, pero primero saquen tiempo para ustedes, para cuidarse, nutrirse, escucharse, y sanarse.
Alejandra Torres, fundadora de Academia Musas