“La visualización implica la creación mental de escenarios que representan cómo será la vida a largo plazo. Estos actúan como recordatorios constantes de nuestras metas financieras a largo plazo”.
Evita compras innecesarias y mejora tu bienestar financiero con 4 consejos respaldados por la economía conductual. Aprende a visualizar metas, priorizar el ahorro y encontrar el equilibrio entre presente y futuro. Dale un giro positivo a tus finanzas.
“La visualización implica la creación mental de escenarios que representan cómo será la vida a largo plazo. Estos actúan como recordatorios constantes de nuestras metas financieras a largo plazo”.
Todos hemos estado en situaciones donde la tristeza o la felicidad momentánea nos llevan a tomar decisiones financieras impulsivas. Compramos cosas para llenar un vacío emocional o gastamos por la emoción del momento (por ejemplo, esa fiesta de cumpleaños que no podemos pagar pero queremos sí o sí).
De acuerdo con la economía conductual, una rama que estudia cómo los sesgos cognitivos influyen en las decisiones financieras, nuestras emociones y elecciones de compras están interconectadas. Según Jürgen Klaric en su libro "Véndele a la mente y no a la gente", el 85% de nuestras compras son impulsivas y ni siquiera lo sabemos.
El problema es que estas decisiones emocionales afectan nuestro bienestar financiero. Esto nos puede llevar a caer en gastos excesivos, compras innecesarias y a la falta de ahorros e inversiones a largo plazo.
En este artículo, veremos 4 consejos probados por la economía conductual que aplicas para desarrollar una gestión emocional financiera que no perjudique tu bienestar a largo plazo:
Laura Cardona y Sergio Pelaez, quienes forman parte del Laboratorio de Ciencias del Comportamiento de Bancolombia, afirman que:
“La visualización implica la creación mental de escenarios que representan cómo será la vida a largo plazo. Estos actúan como recordatorios constantes de nuestras metas financieras a largo plazo”.
Estas palabras, citadas en el episodio 29 de nuestro pódcast “Economía de a Pie”, resaltan la gran importancia de proyectarnos en el futuro, actuando como si ya hubiéramos logrado esos objetivos, ya que esto contribuye a la toma de decisiones más conscientes en relación a nuestras finanzas.
Por ejemplo, si visualizas una jubilación cómoda, la compra de la casa de tus sueños o la educación de tus hijos estarás más motivado para ahorrar e invertir con ese objetivo en mente.
Existen diversas formas de llevar a cabo este proceso:
Crear un tablero con imágenes y anotaciones de tus deseos, como un auto nuevo o unas vacaciones soñadas. Por lo general, se coloca este tablero en la pared de tu habitación o en tu oficina como una herramienta de visualización.
Utilizar aplicaciones que muestren gráficamente el progreso hacia tus metas financieras, lo que facilita la visualización de tus logros y áreas de mejora.
Considerar las consecuencias que tienen tus decisiones financieras actuales tanto a corto como a largo plazo.
Estos son algunos métodos efectivos de visualización que te ayudarán a recordar tus objetivos, y construir el futuro que quieres.
El hábito de ahorrar debe convertirse en una prioridad para tu bienestar financiero. En lugar de gastar primero y ahorrar lo que quede, debemos hacerlo al revés.
Ya sea un salario, un bono o cualquier otra fuente de dinero, destina una parte de ese ingreso al ahorro antes de comenzar a gastar. Es recomendable que al menos ahorres el 10% de tus ingresos personales, y existen muchas formas de hacerlo. Algunos de los métodos más famosos son:
Regla del 50-30-20: consiste en dividir tus ingresos personales en un 50% para necesidades básicas, 30% para deseos y 20% para ahorro.
Método Harv Eker: se basa en administrar tu dinero en cuentas bancarias separadas para diferentes propósitos. Por ejemplo, 10% para el ahorro, 10% para la inversión, un 50% para gastos, un 10% para educación, y un 20% para diversión, según Harv Eker esto puede variar de acuerdo a tus necesidades y metas.
Cualquiera de estas técnicas pueden ayudarte a establecer un control de gastos y a priorizar tus metas financieras en el futuro.
Según Ana Jaramillo del Grupo Bancolombia, en nuestro pódcast Economía de a Pie, eso tiene que ver con algo llamado "aversión a la pérdida". Significa que a los seres humanos nos duele más perder algo de lo que nos alegra ganarlo.
A veces, cuando ves una oferta que parece irresistible, es inevitable pensar en por qué dejarías pasar una oportunidad así, ¿verdad?
Según Ana Jaramillo del Grupo Bancolombia, en nuestro pódcast Economía de a Pie, eso tiene que ver con algo llamado "aversión a la pérdida".
Significa que a los seres humanos nos duele más perder algo de lo que nos alegra ganarlo. Entonces, ¿qué puedes hacer cuando sientes ese dolor de perder una oferta? Primero que todo: desarrolla la autoconciencia emocional. Aprende a identificar el porqué tienes esos impulsos. Si se trata de algo que crees que puedes controlar pero no sabes cómo, prueba con los siguientes ejercicios:
Hazte estas tres preguntas: ¿Realmente necesitas lo que estás pensando comprar?, ¿está realmente más barato de lo normal? Y ¿es la mejor manera de usar tu dinero en este momento? Tal vez haya otras cosas importantes en tu futuro en las que debas gastar. Antes de comprar, piensa en tu bienestar financiero y toma decisiones inteligentes.
Implementa la regla de las 24 horas: piensa en tus objetivos de ahorro a largo plazo. Antes de comprar algo caro, espera 24 horas y piensa si todavía lo necesitas tanto. Reflexionar te ayuda a no hacer compras innecesarias.
Recuerda que es normal querer gastar y aprovechar las ofertas. Pero no dejes que el impulso te domine.
Si bien es esencial ahorrar y planificar para metas a largo plazo, es importante permitirnos recompensas ocasionales en el presente. Estas recompensas pueden ser pequeños lujos o experiencias que nos brinden satisfacción inmediata.
El equilibrio nos permite mantener la motivación y el bienestar emocional sin comprometer nuestro futuro financiero. Aprovechamos un viaje ocasional planificándolo de manera anticipada, estableciendo metas de ahorro concretas y practicando un consumo consciente durante la escapada. Luego, después de volver, seguimos ahorrando para nuestras metas a largo plazo. Así disfrutamos de nuestro dinero tanto en el presente como en el futuro.
Nuestras emociones y decisiones financieras están interconectadas. Así, tomamos medidas para dejar atrás los hábitos de consumo impulsivo y evitar que nos causen problemas financieros en el futuro. Visualizar nuestras metas, ahorrar primero, desarrollar una buena gestión emocional y mantener un equilibrio entre el presente y el futuro son pasos clave para tomar decisiones financieras inteligentes. Aprovechamos del presente mientras garantizamos un futuro de bienestar financiero sólido.
De acuerdo con la economía conductual, la mayoría de nuestras decisiones de compras las tomamos sesgadas por un factor emocional.
Si visualizas una jubilación cómoda, la compra de la casa de tus sueños o la educación de tus hijos estarás más motivado para ahorrar e invertir con ese objetivo en mente.
En lugar de gastar primero y ahorrar lo que quede, debemos hacerlo al revés.
Aprende a entender tus sentimientos cuando quieres gastar más después de comprar algo. Entiende que es normal sentir ese impulso, pero no dejes que te domine.
Si bien es esencial ahorrar y planificar para metas a largo plazo, también es importante permitirnos recompensas ocasionales en el presente.
Descubre cómo la economía conductual revela el impacto de los sesgos mentales en tus decisiones financieras y aprende dos estrategias prácticas para optimizar tus elecciones y superar patrones que afectan tus finanzas. ¡Tu cerebro influye en cada decisión!
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