El Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 busca lograr la equidad a través de la reducción de las desigualdades en los países. Aunque Latinoamérica ha avanzado hacia la meta, aún debe afrontar retos para disminuir la pobreza.
¿Qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-?
El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron 17 objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.
Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años. Los ODS son el corazón de la Agenda 2030 y muestran una mirada integral, indivisible y una colaboración internacional renovada.
Tres avances para reducir la desigualdad en Latinoamérica
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 10, específicamente, establece metas relacionadas con los ingresos de la población, la inclusión social, la igualdad de oportunidades, la migración y la participación de la sociedad en las decisiones del sistema financiero. A la fecha, se han logrado estos avances:
Empleo:
el trabajo se constituye como la principal fuente de ingresos y, por lo tanto, de erradicación de la pobreza. De hecho, el 80% del dinero que obtienen los hogares latinos proviene del trabajo. En estas naciones, los ingresos han aumentado y esto ha incidido en una reducción de las tasas de pobreza en sus territorios, de acuerdo con el “Informe de avance cuatrienal sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe”, de la CEPAL.
Migración:
teniendo en cuenta la movilidad internacional de personas que se registra en Latinoamérica, en donde a 2017 había cerca de 9.5 millones de migrantes que se suman a los 38 millones que a pesar de haber nacido en la zona ya no residen en ella, se han generado alianzas entre estados, como el Pacto Mundial para la Migración Segura, con el fin de garantizarle a esta población sus derechos. Igualmente, gracias a la cooperación regional, se han recopilado datos que han servido como insumo para apoyar la formulación de políticas que no solo favorecen a esta población, sino que ayudan a generar discursos positivos frente a la población migrante y, de esta forma, combatir la xenofobia.
Remesas:
los temas de la migración y de las remesas no pueden analizarse de forma aislada porque se relacionan estrechamente: este dinero que los migrantes envían a sus países de origen no solo suple las necesidades de sus familias, sino que representa el ingreso de divisas para esos países, explica el informe de la CEPAL. Por eso, a 2030 se espera haber reducido “en menos del 3% los costos de transacción de las remesas de los migrantes y eliminar los corredores de remesas con un costo superior al 5%”. A la fecha, se han logrado reducciones en Latinoamérica y el Caribe, aunque aún no se logra el objetivo.
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“Reducir la pobreza a la mitad requiere mayor crecimiento y mejor distribución. Tenemos que crecer, y desde luego mejorar los escenarios redistributivos. Si no hay mayor igualdad va a ser muy difícil alcanzar las metas de pobreza. En la actualidad las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de vivir por debajo del 50% del ingreso medio.” Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
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Metas y desafíos para reducir la desigualdad en Latinoamérica
Así como representan uno de los mayores avances, los ingresos de la población latinoamericana aún no alcanzan el nivel óptimo. Según el informe de la CEPAL, el ingreso mensual promedio en la región era hasta hace un par de años de US$859. Sin embargo, el sexo, la zona de residencia y la actividad económica de los ciudadanos incidían en ese nivel. Igualmente, en las zonas urbanas se registran mayores ingresos que en las rurales, lo que contribuye a la desigualdad que se debe combatir.
En términos de inclusión, la CEPAL argumenta que se requiere que los países implementen políticas coherentes, soluciones intersectoriales y una coordinación tanto externa como hacia al interior de las entidades. Solo de esta forma es posible sacar adelante las iniciativas, evitar los obstáculos que se generan cuando el trabajo se hace de forma desarticulada y generar soluciones que abordan las brechas como un todo y no como unidades separadas.
En relación con las remesas, en las que se han logrado avances, el informe señala que el costo promedio de envío de este dinero fue de 8% en 2014 en todo el mundo, mientras que en 2016 fue de 6% en Latinoamérica y el Caribe. Esto indica que aún se debe reducir en un 1%, como primer paso, para llegar a una reducción de menos del 3% en los costos de transacción, que es la meta oficial.
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Seis planes de Colombia para erradicar la pobreza
Coeficiente Gini: sirve para medir la desigualdad y el objetivo es que para el 2030 sea de 0.480.
Plan Nacional de Desarrollo: busca garantizar la inclusión social y la equidad en los próximos años.
Inversión en el eje Equidad: el PND tiene tres ejes, el objetivo es invertir cerca de $516 billones en acciones en el de Equidad.
Grupos étnicos y derechos de las mujeres: se busca disminuir la desigualdad de los grupos étnicos y raciales, además de garantizar los derechos de las mujeres.
Regiones: incluye políticas especializadas de acuerdo a las necesidades de cada región.
Bienestar de los niños: el objetivo es que los niños colombianos tengan acceso a servicios esenciales, sistema de salud y educación, entre otros.
Al comprometerse con el cumplimiento de los ODS, Colombia también asumió la responsabilidad de diseñar estrategias y ejecutar acciones tendientes a reducir las desigualdades y promover la equidad:
Algunas de estas iniciativas están contenidas en el CONPES 3918. En relación con el ODS 10, el Gobierno Nacional se planteó la meta de lograr que el coeficiente GINI para 2030 sea de 0.480. En 2009 era de 0.557. Este coeficiente se considera como una confiable medida de la desigualdad de los ingresos de un país.
El Gobierno construyó el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 (PND) a partir del concepto de “equidad” y de los ODS. De acuerdo con el Departamento Nacional de Planeación, se busca alcanzar ese estatus por medio de “la inclusión social y productiva, el emprendimiento y la legalidad”.
El PND está conformado por tres pactos que abordan los anteriores ejes. El Pacto por la Equidad, específicamente, se enfoca en una política social que hace prevalecer el bienestar de la familia y la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos. Solo en las acciones relacionadas con este pacto se invertirán cerca de $516 billones, es decir un 46% del total.
El Plan Nacional de Desarrollo contempla otros pactos, llamados transversales, en los que se hace énfasis en el compromiso con lograr la equidad en el país. Uno de estos apunta a garantizar la erradicación de las desigualdades que hoy sufren los grupos indígenas, afros, raizales, palenqueros, entre otros. Otro pacto se especializa en los derechos de las mujeres.
Así mismo, el pacto incluye políticas especializadas en las necesidades de cada región, según su vocación productiva y su potencial, para generar en ellas un mayor desarrollo. Estas se sintetizan en nueve pactos regionales como el de la Región Pacífico, que busca promover la diversidad para la equidad, la convivencia pacífica y el desarrollo sostenible.
Para 2022, con el PND se espera haber mejorado el acceso de los niños colombianos a los servicios esenciales, contar con un sistema de salud eficiente y sostenible, garantizar una educación de calidad, ofrecer seguridad alimentaria y nutrición óptima a la población, construir viviendas y entornos dignos para todos, mejorar las condiciones generales de acceso al trabajo decente, entre otros.
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“La desigualdad económica es impulsada en gran medida por la propiedad desigual del capital. Desde 1980, se produjeron grandes transferencias de la riqueza pública a la privada en casi todos los países. La repartición de la riqueza global del 1% superior fue del 33% en 2016.” Aunque hay un camino largo por recorrer y es importante que el mundo empiece a ver acciones concretas en este tema, no solo de parte de los gobiernos, sino también del sector privado, la sociedad civil y en general de todos y cada uno de nosotros.