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La presión social es una experiencia compartida entre el mundo deportivo y los reinados. Existen diversas estrategias para superarla como la resistencia, el enfoque en el proceso y la transformación de la presión en motivación.
La Asociación Americana de Psicología define la presión social como la influencia que un individuo tiene sobre otro. Este fenómeno impacta significativamente en la toma de decisiones y percepciones de las personas.
Todos alguna vez en nuestra vida hemos estado expuestos a la presión social, un fenómeno omnipresente que se manifiesta desde la infancia hasta la edad adulta. Desde decidir qué estudiar en la universidad hasta enfrentar las miradas y el juicio de la gente en situaciones de alto perfil, como un partido de fútbol trascendental o un certamen de belleza internacional, la presión social puede manifestarse de muchas maneras.
Tanto los futbolistas de élite como las reinas de belleza comparten una experiencia común: la evaluación constante bajo la mirada crítica del público y la carga de cumplir con expectativas preestablecidas.
La Asociación Americana de Psicología define la presión social como la influencia que un individuo tiene sobre otro. Este fenómeno impacta significativamente en la toma de decisiones y percepciones de las personas.
Dentro del campo de la psicología, existen los famosos experimentos Asch, un análisis sobre la presión social que demostró cómo el 70% de las personas pueden ceder a la opinión grupal, incluso cuando saben que la respuesta es incorrecta.
En este contexto, exploraremos las diferentes caras de la influencia social y su impacto en las decisiones y percepciones de aquellos que ocupan roles destacados en campos como el deporte y los concursos de belleza. Buscamos comprender cómo la presión social se entrelaza en la vida cotidiana y cómo estas experiencias pueden influir en la salud mental.
Los deportes y los reinados de belleza son dos mundos aparentemente lejanos a primera vista. Sin embargo, tienen una cosa en común: la presión social a la que se someten.
Para ejemplificar mejor este escenario, Catalina Usme, capitana de la Selección Colombia Femenina, nos cuenta en nuestro podcast A Dos Grados cómo la presión se manifiesta en el deporte, especialmente en momentos cruciales como un penalti decisivo. Catalina señala: "La presión en el fútbol es intensa, sobre todo cuando estás frente a un penalti crucial; es un momento en el que todo un equipo depende de ti".
Por otro lado, Juliana Habib, Señorita Córdoba 2021 y Señorita Charm 2023 nos muestra su perspectiva sobre el mundo de la belleza. "En los reinados, la presión es constante. Uno enfrenta la expectativa de cómo debe ser, hablar y actuar, y todo el mundo tiene opiniones al respecto":
Tanto en el fútbol como en los reinados, los participantes están sometidos a las expectativas y críticas de la audiencia. Cada movimiento en el campo o en el escenario se convierte en objeto de crítica pública. Ya sea la elección táctica de un jugador en el fútbol o la respuesta a una pregunta en un certamen, las decisiones están impregnadas de la presión de satisfacer las expectativas externas.
En el fútbol, representar a la selección nacional es una carga significativa. Cada pase, cada gol, lleva consigo el peso de todo un país. Lo mismo ocurre en los reinados de belleza, donde las reinas representan a sus naciones en competiciones internacionales. La presión de ser el mejor embajador de su país agrega una dimensión adicional al desafío.
En el fútbol, los jugadores se preguntan si podrían haber jugado mejor un partido, mientras que las reinas de belleza tienen dudas sobre si cumplen con los estándares de belleza establecidos y su desempeño en cada ronda del certamen. La lucha contra la autoexigencia se vuelve parte integral del proceso.
Los participantes en ambos campos enfrentan la autoexigencia constante. La autocrítica y el cuestionamiento interno son aspectos comunes de la experiencia. Y, a veces: “El crítico más grande es uno mismo”, comentaba Juliana Habib. En el fútbol, los jugadores se preguntan si podrían haber jugado mejor un partido, mientras que las reinas de belleza tienen dudas sobre si cumplen con los estándares de belleza establecidos y su desempeño en cada ronda del certamen. La lucha contra la autoexigencia se vuelve parte integral del proceso. La relación entre la presión en el fútbol y los concursos de belleza resalta que todos enfrentamos situaciones similares. Ambos campos proporcionan lecciones valiosas sobre el manejo de la presión, la importancia de la preparación, la autoevaluación, el apoyo del equipo y la transformación de desafíos en oportunidades de crecimiento personal.
Como seres que vivimos en comunidad, la presión social es inevitable. Hay algunos consejos que nos sirven para aminorar la carga:
Diana Rincón, periodista deportiva, en nuestro podcast A Dos Grados, comparte la importancia de abrazar una mentalidad de resistencia. En lugar de buscar soluciones rápidas, se trata de entender que la vida, ya sea en el fútbol, los reinados o cualquier otro ámbito, es una carrera de resistencia. “Con tranquilidad, con calma, a trotecitos se llega a la meta final”, comentaba Diana. La paciencia y la persistencia son clave para mantenerse enfocado en el proceso, mitigando la presión a lo largo del tiempo.
Catalina Usme revela que su refugio ante la presión es el proceso. Al concentrarse en las acciones diarias, en el cumplimiento de las expectativas personales y la preparación física y mental, se desvía la atención de la influencia social y las expectativas externas. Esta estrategia permite enfrentar cada desafío paso a paso, desarrollando un mayor criterio y autoconocimiento para superar la presión social de manera efectiva y generar autoconfianza.
La presión social no se enfrenta solo. La importancia del equipo, ya sea compañeros del propio conjunto, entrenadores, amigos o familiares, es crucial. Compartir las experiencias y buscar el apoyo mutuo crea un entorno propicio para enfrentar la presión de manera colectiva. La intervención de profesionales como psicólogos puede proporcionar herramientas y estrategias para manejar la carga emocional y superar la presión social.
En lugar de ver la presión como un obstáculo, se puede transformar en una fuente de motivación. La presión tiene el potencial de actuar como el catalizador que impulsa a superar los límites y alcanzar metas más altas.
A pesar de las connotaciones negativas, la presión social no siempre es perjudicial. De acuerdo con ReachOut Parents, un portal de orientación familiar, la presión social puede tener efectos positivos cuando se recibe de manera constructiva y motivadora.
En lugar de ver la presión como un obstáculo, se puede transformar en una fuente de motivación. La presión tiene el potencial de actuar como el catalizador que impulsa a superar los límites y alcanzar metas más altas.
Entender que la presión es una parte natural de la vida y que se utiliza como combustible para el crecimiento personal es fundamental para superarla con éxito. Es crucial abordarla cuando se vuelve abrumadora, ya que puede generar ansiedad y estrés. La clave radica en cómo se maneja y canaliza esa presión, e identificar cuándo proviene de relaciones saludables y alentadoras.
Todos estamos conectados de alguna manera, y la presión social es una experiencia universal. El desarrollo personal y la confianza en uno mismo son las claves para superar la presión social y alcanzar nuestras metas.
En momentos de estrés por presión, abordar la situación con calma y creer en la capacidad personal para superar cualquier desafío resulta fundamental. La resistencia es la clave para hacer realidad nuestros sueños, sin que nos afecte la crítica externa.
Cuando la mente divaga puede generar estrés, pero con mindfulness, la práctica de estar presentes, se puede reducir y se puede generar una autoconciencia emocional. Hay más de una forma de conectar con el presente, y escuchar metal es una de las opciones.
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