Conoce cómo identificar, gestionar y mitigar riesgos financieros para garantizar el futuro de tu negocio y aumentar la productividad.
¿Por qué es importante la sostenibilidad financiera? De ella depende tu futuro
En los últimos años ha tomado más fuerza un enfoque integral de la gestión empresarial, en el que se busca generar impacto positivo en aspectos económicos, sociales y ambientales. Aunque, la base comienza en lograr la sostenibilidad financiera. Este es un reto que enfrentan los líderes y sus equipos con la meta de producir utilidad y rentabilidad. Pero, ¿qué significa?
“La sostenibilidad financiera consiste en la capacidad de una empresa para mantener su estabilidad económica a largo plazo y en generar rentabilidad sin comprometer sus recursos futuros ni los del entorno. Implica una gestión responsable del capital, del riesgo y de los impactos sociales y ambientales asociados con sus operaciones. Se trata de ser rentable y crear valor duradero, teniendo en cuenta los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza)”.
Eduardo Atehortúa, socio de Sostenibilidad y Cambio Climático de Deloitte.Mapea tus riesgos: el paso clave para ser sostenible financieramente
Lograr la sostenibilidad financiera no es sencillo. Todas las empresas enfrentan riesgos que las afectan económicamente. Pero los negocios no siempre conocen los desafíos financieros que podrían presentarse, ni qué factores amenazan su estabilidad. Eduardo Atehortúa explica algunos aspectos coyunturales críticos que pueden impactar tu empresa:
Presión regulatoria y de mercado: cada día se aprueban nuevas normativas sobre riesgos climáticos o sistemas de clasificación que definen cuáles actividades económicas son medioambientalmente sostenibles. Estos criterios de debida diligencia o de medidas son los que debe tomar en cuenta una organización para identificar y mitigar factores que afecten el negocio, sus grupos de interés y al medio ambiente.
Expectativas de inversionistas y consumidores: hay una mayor exigencia por parte de los financiadores y de los compradores con respecto al propósito de las empresas con las que quieren relacionarse, así como de la transparencia de sus acciones.
Transición verde: es evidente la necesidad de adaptar los modelos de negocio para que le hagan frente a la descarbonización y la digitalización. Los gobiernos están comprometidos con este objetivo y se considera que las empresas son parte esencial del cambio.
Acceso a financiamiento sostenible: las oportunidades para acceder a recursos existen, pero se observa una dificultad de las empresas para estructurar proyectos de sostenibilidad alineados con estándares internacionales y nacionales que les permitan obtener esa financiación.
Sigue leyendo: ¿Cómo medir la sostenibilidad? Conoce los indicadores clave para tu negocio
Riesgos financieros, lo que se controla se supera
Los riesgos financieros son los que inciden de forma negativa y directa en la sostenibilidad financiera de una empresa. Cuando no se gestionan, se traducen en pérdidas económicas que en ocasiones son irrecuperables. ¿Cuáles son?

Riesgos sistémicos: pandemias que obligan a los negocios a cerrar, conflictos geopolíticos que afectan la cadena de suministro o choques económicos globales como las guerras comerciales que tienen impacto en la economía a gran escala.
Riesgos de mercado: volatilidad cambiaria que afecta a importadores porque se encarecen los insumos, recortes o aumentos de las tasas de interés que inciden en el valor de las divisas o el ánimo inversionista y dificultad para encontrar materias primas a precios convenientes.
Riesgos de transición: cambios regulatorios o tecnológicos asociados a la economía baja en carbono.
Riesgos físicos: impactos directos del cambio climático en activos, operaciones o cadenas de suministro como los producidos por inundaciones o derrumbes.
Riesgos reputacionales y de confianza: pérdida de clientes o inversionistas por falta de responsabilidad social o ambiental, por cambios en los hábitos de consumo o por modificaciones en los términos iniciales de negociación.
Adopta buenas prácticas, logra la sostenibilidad financiera en tu empresa
Existen retos para lograr la sostenibilidad financiera, sí. Pero también hay medidas para gestionar los riesgos financieros que puedes adoptar en tu negocio para encaminarte hacia esa meta. La primera es identificarlos, evaluarlos y mitigarlos. Esto lo logras cuando:
No dependes de una sola línea de negocio.
Accedes a coberturas para protegerte de fluctuaciones en la tasa de cambio.
Acatas las normas medioambientales para ser competitivo en el mercado.
Aseguras tus activos frente a desastres ambientales.
Comunicas oportunamente tus acciones sostenibles para mejorar la percepción que tienen de ti tus grupos de interés.
Diversificas tu portafolio de clientes.
Además, el socio de Sostenibilidad y Cambio Climático de Deloitte te recomienda adoptar estas buenas prácticas financieras:
Integrar la gestión ASG o los criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza en la estrategia corporativa para que el negocio opere a partir de esa visión.
Diversificar las fuentes de financiamiento y evaluar la pertinencia de acceder a bonos verdes, préstamos vinculados a sostenibilidad, entre otros.
Realizar los reportes ASG a partir de estándares internacionales como la Iniciativa de Reporte Global (GRI), Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras relacionadas con el Clima (TCFD), Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB), entre otros.
Actuar siempre bajo el principio de la ética empresarial.
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Sostenibilidad y productividad van de la mano: suma la tecnología a esta ecuación
Recuerda que, además de garantizar la sostenibilidad de tu negocio, la gestión de riesgos financieros aporta a la productividad empresarial.
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“Una empresa financieramente sostenible gestiona mejor sus recursos, reduce riesgos, accede a capital y fortalece su reputación. Todo esto mejora su productividad, teniendo en cuenta que disminuye costos operativos, aumenta la fidelización de clientes y talento, estimula la innovación y facilita la toma de decisiones basada en riesgos reales y de largo plazo”, dice Eduardo Atehortúa.
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Sumar la tecnología a la productividad genera una fórmula ganadora porque las herramientas digitales son claves para medir y reportar el desempeño de los indicadores ambientales, sociales y de gobernanza. El uso de big data, inteligencia artificial y blockchain permite, por ejemplo, monitorear riesgos climáticos en tiempo real, automatizar procesos contables y de gestión, optimizar recursos y energía. Esto aumenta la eficiencia y la trazabilidad en las empresas.
¿Por qué esto es clave hoy? Porque la sostenibilidad financiera no es una tendencia, sino un eslabón fundamental de tu estrategia corporativa. Las empresas que integran criterios ASG en sus decisiones navegan mejor las crisis y construyen confianza, valor y resiliencia.
Invertir en sostenibilidad es asegurar la continuidad de tu negocio. Y en el bienestar de las próximas generaciones. ¿Ya identificaste tus riesgos? Toma la delantera para que tu empresa perdure en el tiempo.