Positivismo tóxico: cuáles son sus efectos y cómo podemos combatirlo

A todos nos han dicho alguna vez "Todo pasa por algo" o "Hay que verle el lado positivo a las cosas". Y es que, desde que somos pequeños, los adultos nos enseñan a evitar el dolor y a mostrar siempre una sonrisa en el rostro, sin importar cómo nos estamos sintiendo en realidad. A esto se le conoce como positivismo tóxico. ​​

En un mundo donde las redes sociales y la cultura de estar siempre sonrientes inundan nuestra vida cotidiana, a menudo nos encontramos en la búsqueda constante de la felicidad instantánea, tratando de mantener una actitud positiva sin importar las circunstancias. 

¿Qué ocurre cuando este exceso de positividad se convierte en un obstáculo para tomar decisiones y enfrentar la realidad de nuestras emociones? 

Para tratar de entender esto, Víctor Amat, exboxeador español y ahora psicólogo, señalaba en el episodio 02 de nuestro pódcast A Dos Grados que esta sobregeneralización excesiva e ineficaz de un estado alegre y optimista en todas las situaciones, es influenciada por el sistema capitalista en el que vivimos. 

Desde mensajes que nos instan a ser siempre felices, hasta la presión de un sistema económico capitalista que fomenta el consumo desenfrenado, abordaremos cómo estas influencias impactan en nuestra vida e incluso nuestra relación con el dinero. 

El Impacto del positivismo tóxico 

De acuerdo con una nota de la BBC, el positivismo tóxico es un fenómeno que promueve la idea de que el pensamiento positivo es la única solución a los problemas, instando a las personas a evitar pensamientos negativos o la expresión de emociones más incómodas como la tristeza o el enojo. 

Este fenómeno está presente en todo: desde la cultura pop, las redes sociales hasta las conversaciones cotidianas.  ​​

​Desde una temprana edad, nuestros padres nos enseñan a evitar el sufrimiento y a mantener una fachada de felicidad constante. Siempre se nos dice que "todo pasa por algo" o que debemos "ver el lado positivo del asunto". Sin embargo, esta actitud, aunque bien intencionada, a menudo minimiza y niega la experiencia emocional humana. 

En todo caso… ¿Cuál es su relación con el capitalismo? 

El capitalismo es un sistema que fomenta la libre empresa y la competencia, en el cual los individuos persiguen sus intereses personales. Se considera semejante a un juego de monopolio, pero se centra en empresas que buscan incrementar su riqueza y maximizar sus ganancias. 

Víctor Amat, señala en el episodio 02 de nuestro pódcast A Dos Grados que la relación entre el positivismo tóxico y el capitalismo es compleja.  De acuerdo con sus palabras, es necesario ser consciente de cómo el sistema económico y social del capitalismo explota la tendencia al pensamiento positivo en la sociedad. Por ejemplo: 

• En un sistema capitalista, se promueve la idea de que cada individuo es responsable de su propio bienestar y éxito. Esto lleva a la creencia de que las personas alcanzan la felicidad y el éxito si mantienen una actitud positiva y trabajan duro. 

• El capitalismo se basa en el consumo constante, ya que las empresas necesitan que las personas compren productos y servicios para mantenerse en funcionamiento. El positivismo tóxico puede utilizarse como una herramienta para alentar a las personas a gastar más y endeudarse en busca de la felicidad y el éxito. 

• En un sistema capitalista, la productividad es esencial para el crecimiento económico. La promoción del positivismo tóxico puede llevar a que las personas se sientan obligadas a ser productivas en todo momento y a no perder el tiempo experimentando emociones negativas. Esto lleva a una cultura de trabajo excesivo y agotamiento, donde los individuos sienten la necesidad de demostrar constantemente su valor a través de la productividad. 

• En el contexto laboral, un liderazgo excesivamente positivo puede llevar a decisiones ineficaces y a la falta de reflexión sobre los errores cometidos. Esto  resulta en costos financieros significativos y en proyectos que no logran alcanzar su  potencial.  

Las consecuencias del positivismo tóxico 

El positivismo tóxico tiene importantes consecuencias en nuestras vidas. Algunas de las más notables incluyen: 

1. Suprimir emociones genuinas

La necesidad de mantener una actitud positiva constante nos lleva a suprimir otras emociones propias del ser humano como la tristeza o la ira, lo que a su vez conduce a problemas de salud mental y mal manejo emocional. Al reprimir estas emociones, estamos negando una parte fundamental de nuestra experiencia humana. 

2. Distorsión de la realidad

El positivismo tóxico lleva a la negación de problemas reales y a la falta de aprendizaje de los errores. La presión por mantener una actitud positiva  afecta la toma de decisiones y la gestión de proyectos, lo que tiene consecuencias significativas. 

3. Presión para ser felices siempre

El positivismo tóxico nos somete a una presión constante para ser felices en todo momento. Esto lleva a un ciclo de autoexigencia y autocrítica, ya que sentimos que debemos cumplir con expectativas inalcanzables para tener bienestar emocional. [H2] ¿Cómo enfrentar el positivismo tóxico? A pesar de la aparente invulnerabilidad del positivismo tóxico, existen métodos para confrontarlo y restaurar una perspectiva más saludable de nuestras emociones y vidas. En el episodio 02 de nuestro pódcast A Dos Grados, el exboxeador español y actual psicólogo Víctor Amat destacó tres enfoques efectivos: 

• 1. Reflexiona sobre los mensajes a tu alrededor 

Empieza por identificar y cuestionar los mensajes que te rodean.  Tomar conciencia de estas influencias es lo primero que debes tener en cuenta para liberarte de su presión: 

• Toma tiempo para reflexionar sobre tus propias actitudes hacia el pensamiento positivo y cómo están influenciadas por el sistema en el que vives. Pregúntate si estás tratando de alcanzar una felicidad inalcanzable impulsada por el consumismo. 

• Registra en una libreta todas las frases y expresiones que te obligan a sentirte bien cuando en realidad no lo estás. 

• Limita tu exposición a mensajes y contenido que promuevan el positivismo tóxico, como las redes sociales que perpetúan esta mentalidad. En su lugar, busca fuentes de información y apoyo que fomenten un enfoque más realista y saludable. 

• 2. Analiza a quienes te alientan a pensar en positivo

Es importante considerar la fuente de los consejos positivos. Pregúntate si la persona que te alienta a mantener una actitud positiva está en una posición social más privilegiada que tú, sí tiene una formación superior o si realmente entiende tus circunstancias. Reconoce que no todos los consejos se aplican universalmente y que la perspectiva de cada individuo es única. 

• Busca la compañía de personas con las que puedas hablar abierta y honestamente sobre tus emociones y experiencias sin temor al juicio. La comunicación abierta y de apoyo te ayuda a lidiar con el positivismo tóxico. 

• Trabaja en encontrar un equilibrio saludable entre el pensamiento positivo y la aceptación de la realidad. No se trata de ser pesimista, sino de ser realista y equilibrado en tu enfoque hacia la vida. 

• 3. Deja de buscar la felicidad en pasos

No busques la felicidad en un conjunto de pasos predefinidos. No existe una receta única para ser feliz, ya que cada persona es diferente y experimenta la felicidad de manera única. En lugar de buscar la felicidad constante, aprende a aceptar la gama completa de emociones humanas y a vivir el flujo de la vida con autenticidad. 

[El positivismo tóxico y su relación con las finanzas 

El positivismo puede afectar nuestras finanzas de varias maneras.  Por un lado, el pensamiento positivo lleva a un exceso de optimismo, lo que podría resultar en gastos excesivos, decisiones de inversión apresuradas y la falta de una planificación financiera adecuada.  ​​

​“Si creemos que todo en nuestra vida financiera estará bien sin esfuerzo, es más probable que no tomemos las medidas necesarias para asegurar nuestro bienestar financiero a largo plazo.” señalaba Elizabeth Sánchez, creadora del sistema de finanzas personales Mindful Finance, en nuestro pódcast A Dos Grados.  

En lugar de ignorar estas emociones, es importante reconocerlas y abordarlas de manera adecuada. Esto puede implicar la búsqueda de asesoramiento financiero, aprender sobre inversión y desarrollar estrategias para reducir la deuda. 

1. Planificación y ahorro a largo plazo

En lugar de centrarse en la búsqueda de la felicidad instantánea a través del consumo excesivo, debemos considerar el ahorro y la planificación financiera a largo plazo como una fuente de bienestar.  De acuerdo con Elizabeth Sánchez tener un fondo de emergencia, invertir en educación financiera y desarrollar un plan de jubilación son enfoques más sólidos para garantizar la seguridad financiera a largo plazo. 

2. La Importancia de la flexibilidad

El pensamiento positivo puede a veces llevar al exceso de confianza y a la falta de consideración de los posibles obstáculos financieros. La vida está llena de incertidumbre y cambios. La flexibilidad es clave en la gestión financiera. Estar preparado para los desafíos inesperados y tener un plan de contingencia ayuda a mitigar los efectos de eventos imprevistos. 

Conclusión  

El positivismo tóxico y el capitalismo están interconectados en la medida en que el sistema capitalista se beneficia de la búsqueda constante de bienestar y felicidad a través del consumo y la promoción de una actitud positiva.  

Es importante reconocer que el pensamiento positivo en sí mismo no es negativo, pero debe equilibrarse con la capacidad de enfrentar la realidad y abordar los desafíos financieros y emocionales de manera adecuada. 

Entender que la felicidad no es un estado permanente nos liberará de la presión de mantener una sonrisa constante. A veces, la vida nos desafiará, y está bien sentirnos tristes, enojados o asustados. Las emociones incómodas también son parte de la complejidad humana.