El autocuidado es un concepto propio que se forma a partir de las expectativas y necesidades de cada uno. Para tener una mejor relación con el cuerpo y la mente es clave escucharnos y tomar decisiones por nuestro bienestar. Sigue leyendo y descubre más.
¿Te has preguntado cuántas de tus decisiones son por "salud" y cuáles se convierten en un disfraz para no verte mal? Si la respuesta te resuena, este artículo es para ti.
En este episodio de A dos grados conversamos con dos mujeres increíbles para entender cómo podemos definir el autocuidado y de qué forma identificar cuáles de nuestras acciones están hechas desde el bienestar y cuántas responden a la exigencia.
Lina González, periodista, creadora de contenido y sobreviviente del Síndrome de Asia y María Camila Casas, psicóloga experta en trastornos de la conducta alimentaria, nos cuentan sus historias y la manera en que aprendieron a escucharse y elegirse por encima de los comentarios de los demás.
Tanto Lina como María Camila han aprendido a mejorar la relación con su cuerpo y su mente, pero, reconocen que no ha sido un camino fácil. Sanar es un proceso lento y personal en el que es normal que haya recaídas. La clave está en poner en práctica las herramientas que nos ayudan a reconectar más con nosotros mismos durante esos momentos difíciles.
Redefiniendo el autocuidado
¿Cómo se ve el verdadero autocuidado? Aunque se trata de un concepto personal, es importante entender que cuidar de nosotros mismos no solo se limita al cuerpo, es también la manera en que nos hablamos, especialmente, cuando algo no sale bien.
Hay algunas estrategias simples que puedes seguir para conectar con tu versión más auténtica: comienza por elegir lo que consumes en redes sociales y las conversaciones que tienes con los demás. El contenido que ves o compartes tiene un impacto en tus pensamientos, lo que puede llevarte a tomar decisiones alejadas de tu bienestar.
Otra herramienta importante para empezar este camino es la duda. Cuestiona si realmente te estás cuidando o si priorizas la forma en que te ven. Pregúntate: ¿qué cosas hago por los demás y cuáles por mí?
Haz de tu autocuidado una prioridad con estos pequeños pasos
Empezar a sanar puede parecer abrumador, pero hay algunas prácticas que pueden hacer la diferencia:
Perdona tu pasado: reconoce que la versión de ti que se exigió de más hacía lo mejor que podía con los recursos que tenía.
Escribe: llevar un diario o escribirte una carta puede ser muy poderoso. Es un ejercicio que te ayuda a separar la voz de la autoexigencia de la realidad y a recordarte tu propia fortaleza.
Busca tu red de apoyo: ten espacios seguros donde te valoren por algo más que tu físico y cuenta con al menos una persona de confianza con la que puedas hablar.
Recuerda que la salud no es solo física, es también mental. El verdadero cuidado no grita, no exige ni duele. Por eso, en lugar de preguntarte cómo te ves, pregúntate: ¿cómo me siento?
Escucha ahora el episodio 50 de A dos grados. Cuéntanos cómo entiendes el autocuidado y qué acciones comenzarías a hacer por ti desde hoy. Encuéntranos en Spotify, Apple Pódcast o cualquier otra plataforma de audio. ¡Únete a la conversación!