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El potencial de la inteligencia artificial es indiscutible y sus avances en muchos sectores demuestran que puede utilizarse para impulsar el bien común.
La inteligencia artificial es la tecnología que permite que las máquinas ejecuten tareas propias de los humanos, como aprender, entender y procesar el lenguaje, y planificar y razonar lógicamente.
Esta tecnología es la punta de lanza de los avances de muchas industrias. Tanto así que se espera que gracias a esta tecnología se obtengan ingresos de hasta 47.000 millones de dólares para 2020, según un informe publicado por IDC.
Estas cifras no deberían asombrar si se comparan con el potencial de esta tecnología. En general, la inteligencia artificial puede aplicarse en áreas tan dispares como medicina, economía, educación, ciencias, videojuegos y más. Algunos ejemplos tangibles de su aplicación son la mejora de los diagnósticos médicos, la educación personalizada y la eliminación de tareas tediosas y mecánicas en el ámbito laboral.
La inteligencia artificial tiene defensores y detractores. En un bando están quienes defienden sus ventajas para la humanidad; en el otro, los que advierten de sus riesgos ante la falta de regulación. Es un debate legítimo y que se encuentra en auge.
¿Cómo soluciona la inteligencia artificial los problemas de determinada industria o sector? A continuación abordaremos el potencial de esta tecnología y su impacto positivo en muchos sectores de la sociedad.
Con las nuevas tecnologías se pueden evaluar los riesgos financieros de un cliente, conocer las garantías de solvencia a la hora de emitir un crédito (credit scoring) y predecir el desempeño de los mercados y sus consecuencias.
El mayor impacto de esta tecnología, sin embargo, ocurrirá en las siguientes actividades financieras:
Gestión de activos: se combinan el análisis de big data, el lenguaje natural y el aprendizaje automático para elaborar informes personalizados sobre las mejores oportunidades para invertir y el perfil de riesgo de cada cliente. Con los avances tecnológicos y las nuevas alternativas de información se analizan y cotejan datos que no han sido apreciados por el mercado.
La startup Dataminr, por ejemplo, detecta patrones e indicios en lo que lee y recoge en redes sociales. Kensho, otra startup, establece correlaciones entre noticias y mercados. Los robo-advisor son claves en estas actividades de procesamiento de información y recomendaciones de inversión, como los emplean las empresas Pefin y Kasisto.
Evaluación de riesgos: fintechs como ZestFinance emplean inteligencia artificial para crear perfiles de crédito con la información financiera proporcionada por el cliente, pero también con aquella que puede obtenerse por internet y redes sociales. Así los bancos evalúan cuáles son los riesgos en la concesión de determinado crédito y a partir de allí deciden si aprobarlo o no.
Detección de fraudes: Decision Intelligence es una plataforma implementada por Mastercard, basada en aprendizaje automático, que verifica las transacciones auténticas en tiempo real y reduce los fraudes. Lo hace a partir de los patrones y hábitos de consumo del titular de la tarjeta de crédito, que sirve como un comportamiento base para compararlo con futuras transacciones.
Este sector apuesta por la personalización del aprendizaje y por facilitar la interacción entre alumnos y docentes.
Tutores inteligentes. Esta tecnología imita el papel del profesor y guía el aprendizaje al ritmo de cada estudiante. Los tutores inteligentes son capaces de ofrecer pistas a los estudiantes que se encuentren atascados en un problema, darles realimentación inmediata en función de sus errores o respuestas e, incluso, diseñar métodos de aprendizaje personalizado.
Duolingo, por ejemplo, un programa para aprender lenguas extranjeras, es capaz de detectar los errores del estudiante, corregirlos y ayudarlos a progresar a su ritmo.
Sistemas de aprendizaje en línea. Son plataformas que evalúan las capacidades de los estudiantes mediante preguntas que se generan automáticamente y que el sistema es capaz de evaluar tanto en respuestas cortas como abiertas. Un ejemplo de ellos son los MOOC.
La inteligencia artificial ha transformado esta industria de varias formas, como facilitar el ensamblaje y brindar mayor seguridad a pasajeros y conductores con los vehículos que se manejan por sí solos:
Desarrollo de coches autónomos: estos no solo reducirán las muertes y las lesiones relacionadas con el tráfico, sino que cambiarán la dinámica de vida: habrá más tiempo para trabajar y hasta para entretenerse durante los desplazamientos, de acuerdo con un estudio de la Universidad Stanford.
Procesos de producción: hoy se emplean robots para ensamblar las partes de un auto con el uso de sensores que detectan el momento en que una parte debe unirse con otra. Los robots también pueden instalar tornillos y pintar carrocerías.
Es uno de los sectores más beneficiados por esta tecnología. Gracias a sus algoritmos se pueden salvar vidas, conseguir diagnósticos más certeros y asistir y complementar a los médicos durante las cirugías.
Diagnóstico médico. Gracias a la utilización de algoritmos se pueden identificar signos de padecimientos en resonancias magnéticas, tomografías computarizadas, ultrasonidos y radiografías. El diagnóstico se reduce a horas y se aceleran las opciones de tratamiento.
La Universidad Stanford, por ejemplo, desarrolló CheXnet, un algoritmo que analiza radiografías de pulmones para detectar de forma rápida enfermedades como neumonía y otras trece patologías, incluso mejor que los radiólogos, de acuerdo con los expertos de esta universidad.
Cotejamiento de datos para salvar vidas y formular tratamientos. Según un estudio de la firma The Software Alliance (BSA), una buena gestión de datos salva vidas y ahorra miles de millones de dólares en asistencia médica. Así, con inteligencia artificial es posible, por ejemplo, comparar en cuestión de segundos los datos médicos de un paciente con la información de una patología.
Con esto se puede seleccionar el mejor tratamiento, formular los fármacos exactos y descubrir las interacciones o los efectos secundarios de un medicamento.
Health Catalyst es una de las empresas que se apunta en esta labor de utilizar datos no estructurados en beneficio de los pacientes.
Con la inteligencia artificial se puede gestionar de manera más inteligente el consumo de energía. Ya lo hace Google con DeepMind, su plataforma de inteligencia que predice cuándo sus centros de datos se calientan demasiado para activar los sistemas de refrigeración. Esto le ha permitido a Google ahorrar hasta 40% en costos de energía.
Según un estudio de CB Insights, 29% de las compañías energéticas en el mundo han desplegado soluciones de inteligencia artificial que les permiten ahorrar recursos no renovables mediante la optimización de su uso. De igual forma, existen soluciones orientadas a gestionar las caídas del servicio, detectar picos de demanda y conocer el desempeño energético de algunas ciudades.
La inteligencia artificial puede ayudar a la humanidad a superar muchos obstáculos. Sus beneficios están más que probados: el diagnóstico médico puede llegar a ser infalible, la enseñanza puede adaptarse al ritmo y las necesidades de los estudiantes, los accidentes de tráfico podrían desaparecer, la relación de los servicios financieros con los clientes comienza a ser más cercana y personalizada, y se preservarán a toda costa los recursos no renovables. El desafío está en evaluar los riesgos éticos, de derechos humanos y de seguridad, de manera de usar adecuadamente esta potente tecnología.
Los robots en casa ya no son cosa del futuro, son una realidad de hecho bastante afianzada. Aunque aún están lejos de ser esos trabajadores integrales que lo hacen todo perfecto en el hogar, el mercado los considera como dispositivos muy valiosos.
Estos robots caseros no sólo son capaces de facilitar las tareas del hogar, sino que incluso pueden ser asistentes de estudio de los más pequeños y asistentes personales de pequeños empresarios. Por supuesto, sí que existen los detractores, pero esta es una industria que recién nace con lo cual tiene infinitas oportunidades de complacer al mercado.
Tal vez intuyas qué es y sin embargo te hayas preguntado ¿qué es la transformación digital? No es más que la adopción de tecnologías digitales que ayudan a introducir modelos comerciales más nuevos o cambiar la forma en que operan las empresas existentes.
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