Todas las empresas generan emisiones de gases de efecto invernadero, hasta las de servicios. ¿Perteneces al sector y no sabes de qué forma calcular o gestionar tu huella de carbono? Estás en el lugar adecuado.
Calcular la huella de carbono: asunto pendiente en las empresas de servicios
Las empresas manufactureras son grandes consumidoras de energía, agua y combustibles. La necesidad de generar ahorros en ese sentido, y de apegarse a su estrategia de sostenibilidad ambiental, las hace más propensas a identificar, calcular y mitigar su huella de carbono. Este término se refiere al volumen de emisiones de gases de efecto Invernadero (GEI) o CO₂ liberados a la atmósfera en el desarrollo de su actividad económica.
No ocurre lo mismo con las empresas de servicios. En ocasiones, estas consideran que no son grandes emisoras de CO₂ porque no operan máquinas. Y cuando reconocen que de todas formas generan un impacto ambiental, tienen dificultades para identificar qué áreas del negocio son responsables de él y carecen de las herramientas para calcular su huella de carbono, por lo que el tema suele pasar a un segundo plano.
“Existe una brecha de conocimiento. Siempre se habla de que las empresas manufactureras tienen una responsabilidad ambiental, pero existen metodologías adaptables a las que ofrecen servicios que facilitan el proceso. Las pymes primero tratan de subsistir y en ocasiones no cuentan con personal capacitado en sostenibilidad, sin embargo es necesario que entiendan que calcular la huella de carbono se puede hacer bien y sin complicarse”.
Ana Isabel Aubad, directora comercial de la consultora ambiental Atmosphere Alternative.Otra brecha es la financiera, explica la experta. Cuando las empresas de servicios saben cuál es su huella de carbono, piensan que para reducir sus emisiones tienen que hacer grandes inversiones. Hay que superar ese mito y darse cuenta de que pueden adaptar las herramientas existentes en el mercado a su propia realidad.
“Estamos acostumbrados a asociar cambio climático con actividades industriales que tienen un consumo importante de energía, principal fuente de emisiones. Se nos olvida que en toda la cadena de valor a la que pertenece una empresa de servicios hay otras fuentes significativas que se pueden analizar y gestionar”.
Andrea Méndez, ingeniera química de Atmosphere Alternative.Te recomendamos leer:
Gestión sostenible de inventarios: dales una segunda vida a los productos
Gestiona la huella de carbono en tu empresa de servicios
Las empresas de servicios deben recordar que la sostenibilidad del medio ambiente es un tema prioritario para los negocios de todos los tamaños y sectores. Como el cambio climático no discrimina, está en la agenda académica y legislativa del país a través de la Ley de Acción Climática (Ley 2169 de 2021). Además, las autoridades pueden exigir planes de manejo ambiental a ciertas actividades económicas.
“
“Cada vez más empresas exigen a sus proveedores contar con un sistema de gestión ambiental, tener cuantificada su huella de carbono y tomar medidas para reducirla. Esto es relevante en términos del negocio y la reputación de las compañías. De forma paulatina, aumentarán las organizaciones que deben hacer estos cálculos porque el país debe realizar un reporte global que se llama ´Inventario Nacional de Emisiones y Absorciones de Gases de Efecto Invernadero (INGEI)´, donde constan sus metas de reducción y todos los actores aportan a él”, afirma Ana Isabel Aubad.
”
Al enfocarse en estos temas, los negocios saben cómo están hoy y tienen herramientas de planificación a futuro que les permiten comprometerse con la reducción de las emisiones de CO₂. La única forma de llevar esto a la práctica es saber cuánto generan, por qué vía y diseñar unos planes de acción para disminuirlas.
También te puede interesar:
Cambios demográficos: adáptate y aprovecha la oportunidad
¿Cuáles son los pasos para gestionar la huella de carbono? Encuéntralos aquí
Las expertas de Atmosphere Alternative explican aquí los pasos para gestionar la huella de carbono en las empresas de servicios:
1. Analiza todo el proceso productivo
Identifica las fuentes de emisión de CO₂ que usa la empresa y diferencia las directas de las indirectas. Un ejemplo es saber qué ocurrió con una hoja de papel en todo su ciclo de vida hasta que llega al escritorio de un trabajador.
Emisiones directas: son las controladas por la empresa, como el uso de vehículos propios de combustión (fuente de CO₂ más relevante), uso de refrigerantes o equipos de aire acondicionado, entre otros.
Emisiones indirectas: son las no controladas por la empresa, como las relativas al transporte de los trabajadores por vía terrestre o aérea, disposición de residuos ordinarios y orgánicos, elaboración de insumos de papelería, etc.
2. Establece valores de medición asociados a cada fuente de emisión
No existen en el país ni en el mundo unos rangos específicos que se deban cumplir, porque las emisiones dependen de la actividad que realiza cada empresa. Mientras en una el consumo de energía es intensivo, en otra no. En promedio, la huella de carbono de una organización de servicios es de entre 100 y 200 toneladas de CO₂ al año. La apuesta es que se comparen a ellas mismas y busquen reducir sus propias emisiones con respecto al periodo de análisis anterior.
3. Mide la huella de carbono de cada fuente de emisión directa e indirecta.
Existen herramientas que permiten hacer cálculos aproximados. Estas multiplican el dato de consumo por el factor de emisión, que depende del gas empleado. Algunas son gratuitas. Sin embargo, pueden ser complejas y conducir a errores. Por eso, para calcular la huella de carbono en una empresa de servicios:
Empieza por Excel: elabora un informe de las fuentes de emisión de GEI que quieres analizar, los datos de consumo, el cálculo de la huella de carbono y una explicación de cómo lo hiciste o qué valor tomaste como referencia.
Busca herramientas existentes: hay metodologías o calculadoras elaboradas por instituciones especializadas, como Greenhouse Gas Protocol (GHG), que dan una guía a las organizaciones interesadas en preparar un inventario de sus fuentes de emisión de GEI.
Apóyate en tus clientes: algunas empresas grandes aportan las calculadoras de huella de carbono a sus proveedores para que la dimensionen y la compensen. De esa forma, pueden medirlos a todos por igual. A ti te sirve para llevar tus propios cálculos.
Busca aliados: entidades como Fenalco Solidario, las Cámaras de Comercio y zonas francas proveen estas calculadoras a sus afiliados o los apoyan con acompañamiento para estos procesos.
La huella de carbono se mide en Co2e o en unidades de masa de dióxido de carbono equivalente. El dióxido de carbono se usa como referencia porque es el GEI que más se libera en la atmósfera. El metano, por ejemplo, se usa en la generación eléctrica. Una tonelada de metano equivale a 28 toneladas de Co2e.
Recuerda que existen factores de emisión específicos por fuente o país. La medición de la huella de carbono también depende de lo que cada empresa desee evaluar o incluir. En la medida en que utilices los más apropiados, va a ser mayor el grado de coherencia del análisis que hagas.
Gobernanza y protocolo familiar: asegura la sostenibilidad de tu empresa
Conoce más aquí
Reduce tu huella de carbono, ¡toma medidas ya!
Con el resultado de la emisión de GEI en tus manos, puedes pasar a identificar y ejecutar actividades que ayuden a mitigar la huella de carbono en tu empresa de servicios. Andrea Méndez explica que estas se clasifican, en su orden, en acciones de conocimiento y de sustitución de tecnología:
Acciones de conocimiento: son buenas prácticas de fácil implementación, como apagar las luces mientras se tiene luz solar, dejar suspendido el computador cuando no se usa, promover el transporte compartido entre personas con la misma ruta, facilitar el teletrabajo o trabajo híbrido.
Sustitución de tecnología: se lleva a cabo cuando se agotan las acciones de conocimiento. Incluye adquirir bombillas con bajo consumo de energía eléctrica, invertir en equipos que ofrecen mayor eficiencia energética, apostarle a la gestión óptima de residuos o al reciclaje.
También resulta útil compartir experiencias con otras empresas del sector o cadena de valor y emular sus buenas prácticas. Estas sinergias, incluso, pueden llegar a servir para optimizar los servicios de proveeduría, de manera que una sola empresa se encargue de la logística inversa de varias para así reducir el uso de combustibles fósiles.
“A las empresas de servicios interesadas en este tema les sugiero no paralizarse ante las barreras. Es clave que reconozcan que sí emiten GEI y que revisen las herramientas de cálculo disponibles mientras van perfeccionando su proceso”, concluye Ana Isabel Aubad.
Cuando hablamos de la huella de carbono, toda acción cuenta, por pequeña que sea. ¿Ya sabes cómo mantendrás a raya la emisión de GEI en tu empresa? ¡Vamos! El plan es retador, pero interesante.