Bancolombia
La economía circular propone una gestión inteligente de residuos, convirtiéndolos en recursos aprovechables. Empresas como MUTA ilustran cómo esta práctica beneficia al medio ambiente y promueve la innovación empresarial y la conciencia social.
"El mayor reto que tenemos es entender que los residuos tienen valor y cambiar la perspectiva de la basura".
El mayor reto que tenemos es entender que los residuos tienen valor y cambiar la perspectiva de la basura». Esta frase del pódcast Innovación Bancolombia resalta el principal desafío para implementar la economía circular, un modelo de producción y consumo que busca reducir la cantidad de basura generada a través del aprovechamiento de los recursos disponibles. ¿Alguna vez te has preguntado a dónde van a parar esos objetos y envases que desechas a diario? ¿Crees que existe alguna manera de reutilizar lo que comúnmente consideras basura? Cada día, millones de personas en todo el mundo desechan envases de plástico, latas, papel y otros productos, creyendo que una vez que están en el contenedor de basura, han cumplido su deber. La verdad es que la forma en la que se manejan los desechos es preocupante para el planeta, genera afectaciones significativas en el medioambiente. El Banco Mundial estima que la cantidad de basura que se produce en el mundo aumentará de 2.010 millones de toneladas en 2016 a 3.400 millones de toneladas en 2050. Desafortunadamente, al menos el 33% de esta basura se maneja de manera incorrecta en todo el mundo, ya sea mediante su eliminación en vertederos a cielo abierto o su quema.
La economía circular es un modelo de producción que busca reducir los desechos y sacar el máximo provecho a los recursos existentes a través de:
Reciclaje.
Reutilización.
Redistribución de productos y materiales.
Con estas acciones se consigue:
Reducir la cantidad de residuos que terminan en vertederos.
Evitar la contaminación del agua para cuidar la vida marina.
Reducir la necesidad de extraer nuevas materias primas de la naturaleza como la extracción de minerales.
En los últimos 20 años, la cantidad de basura que se produce en el mundo se ha duplicado, y solo se recicla un 9%, según datos del informe Global Plastics Outlook de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Colombia enfrenta este problema. En el país se usan:
700.500 toneladas de envases y envoltorios de plástico.
El país solo recicla alrededor del 30% para hacer nuevos empaques, de acuerdo con el Comité Consultivo del Pacto por los Plásticos Colombia (Cempre).
En esta situación, es importante que los emprendedores y líderes que estén dispuestos a enfrentar este problema se involucren de manera activa para promover prácticas sostenibles. Un ejemplo de esto es MUTA, una empresa que se encarga de recoger los desperdicios de hogares, negocios, restaurantes y escuelas para desecharlos y aprovecharlos de la mejor forma posible. Siguen los estándares y certificaciones de sostenibilidad ambiental como la Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono (ISCC) y la Certificación de Empresa B.
MUTA es el resultado de una iniciativa que comenzó en 2014 cuando su fundador y CEO, Alejandro Caiafa, empezó a investigar sobre la gestión del aceite de cocina en Colombia. Su curiosidad despertó durante un viaje a Estados Unidos cuando presenció cómo recogían este aceite en un restaurante. Esto lo llevó a pensar en el destino del residuo en su ciudad natal, Barranquilla. Caiafa descubrió que este recurso se desperdiciaba vertiéndolo en las tuberías, lo que generaba graves afectaciones en el ambiente. Este conocimiento lo llevó a fundar Reaceico, una empresa que se dedicó a recolectar el aceite de cocina usado con el propósito de proteger los ecosistemas, especialmente el marino. Con el paso de los años, Caiafa se interesó por la economía circular y se dio cuenta de que la industria del reciclaje carecía de tres cosas importantes:
Tecnología.
Innovación.
Formalización.
Esto lo llevó a fundar MUTA, con la ambición de implementar una transformación digital en la industria del reciclaje.
MUTA creó una plataforma que permite a los generadores de residuos, como plástico, cartón, vidrio, metales y aceite de cocina usado, separar y entregar estos materiales a la empresa. Estos residuos se utilizan como materia prima en las industrias, de manera que se integran en la economía circular.
"Buscamos cambiar la perspectiva de lo que son esos residuos y que las personas, las empresas y el Gobierno los vean como materiales que pueden ingresar en la economía circular y que tienen valor. Así evitamos que la industria extraiga, deforeste o emplee materiales que están en nuestros ecosistemas, y que utilice los materiales reciclados para su fabricación"
La contribución de MUTA va más allá de la gestión de residuos. La empresa busca desafiar la percepción negativa que rodea a la industria del reciclaje. «Buscamos cambiar la perspectiva de lo que son esos residuos y que las personas, las empresas y el Gobierno los vean como materiales que pueden ingresar en la economía circular y que tienen valor. Así evitamos que la industria extraiga, deforeste o emplee materiales que están en nuestros ecosistemas, y que utilice los materiales reciclados para su fabricación», asegura Alejandro Caiafa. Uno de los objetivos principales de MUTA es:
Desarrollar a corto o mediano plazo un mejor producto para los generadores de residuos (hoteles, restaurantes, universidades).
De acuerdo con Caiafa, entre sus proyectos está ofrecer una financiación a los emprendedores para que puedan realizar mejoras en su negocio y pagar con los residuos que generan. «Lo que deben saber todos los emprendedores es que la economía circular es la visión del mundo y es uno de los pilares fundamentales para combatir el cambio climático. La oportunidad del mercado que hay es muy grande», comenta el CEO de MUTA. Además, la adopción de prácticas sostenibles y la transición hacia una economía circular permite a las empresas:
Promover la innovación de productos.
Mejorar procesos.
Reducir costos.
Cumplir normativas ambientales.
Satisfacer las demandas de los clientes conscientes.
Todo esto ayuda a los negocios a mejorar sus ganancias, construir una mejor reputación en su sector y crear valor de marca a largo plazo. Cuando las empresas adoptan prácticas sostenibles y se mueven hacia una economía circular, pueden:
Promover la innovación de productos: al enfocarse en la sostenibilidad, las empresas desarrollan productos que sean más respetuosos con el medioambiente y que satisfagan las necesidades cambiantes de los clientes. Esto impulsa la creatividad y la diferenciación en el mercado.
Mejorar procesos: al identificar oportunidades para reducir el uso de recursos, minimizar los residuos y aumentar la eficiencia operativa, las empresas mejoran su rendimiento y productividad.
Reducir costos: cuando se implementan medidas como el reciclaje, la reutilización y la gestión eficiente de residuos, los negocios ahorran dinero a largo plazo.
Cumplir normativas ambientales: adoptar prácticas sostenibles asegura que las empresas cumplan con las regulaciones ambientales establecidas por los gobiernos y las autoridades competentes. Esto evita multas, sanciones y contribuye a la protección del medioambiente.
Responder a las necesidades de los clientes: los consumidores se muestran cada vez más preocupados por el impacto ambiental de los productos y servicios que consumen. Las empresas sostenibles satisfacen esas inquietudes y atraen a este grupo de clientes.
El caso de MUTA ejemplifica cómo una empresa desempeña un papel crucial en la transformación de residuos en una fuente de economía circular. Con su actividad, esta empresa no solo cuida el medioambiente, sino que fomenta la innovación y la conciencia en la sociedad y la industria.
La economía circular es más que una tendencia; es una necesidad urgente para garantizar un futuro sostenible. Colombia se considera una potencia mundial en recursos, tanto así que es el segundo país con mayor biodiversidad del planeta, según el Instituto Humboldt. Alejandro Caiafa considera que el país debe asumir la responsabilidad de liderar este cambio tan necesario. Colombia ya está trabajando en este objetivo. El panorama de estrategias gubernamentales muestra que el país cuenta con un marco legal y con políticas públicas en economía circular y sostenibilidad. En 2018 se implementaron la Política de Crecimiento Verde y la Estrategia Nacional de Economía Circular para fomentar un sistema económico que busca utilizar los recursos de manera eficiente y reducir el desperdicio. Es muy importante que las empresas se comprometan con la economía circular. A nivel mundial, estas acciones son clave para combatir el cambio climático y asegurar la reducción de la contaminación y el manejo de los recursos marinos de manera sostenible. Al trabajar en conjunto, es posible lograr un futuro sostenible para todos. Cada empresa tiene la responsabilidad de contribuir a este cambio y así construir un mundo mejor y más saludable para las próximas generaciones.
La economía circular es un modelo de producción que busca reducir los desechos y sacar el máximo provecho a los recursos existentes a través del reciclaje, la reutilización y redistribución de productos y materiales.
El mayor reto que tenemos es entender que los residuos tienen valor y cambiar la perspectiva de la basura.
El Banco Mundial estima que la cantidad de basura que se produce en el mundo aumentará de 2.010 millones de toneladas en 2016 a 3.400 millones de toneladas en 2050.
El caso de MUTA ejemplifica cómo una empresa desempeña un papel crucial en la transformación de residuos en recursos.
La economía circular es el modelo de producción y consumo del futuro y uno de los pilares para combatir el cambio climático a corto y mediano plazo.
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