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El último informe del Consejo Privado de Competitividad recomienda implementar tecnología y modernizar el parque automotor para mejorar el sector logístico. Descubre más sobre los desafíos y oportunidades aquí.
Como indica el Informe Nacional de Competitividad, elaborado por el Consejo Privado de Competitividad, Colombia alcanza un 2.9 en el índice de desempeño logístico en una escala de 1 a 5. En términos de competencia y calidad de los servicios logísticos, también obtuvo un puntaje de 2.9 frente a los 3.6 promedio de la OCDE en ambos indicadores. Estos datos evidencian la necesidad de alinear esfuerzos del sector público y privado para mejorar la competitividad del sector logístico.
El sector privado debe enfocarse en lograr eficiencias que se traduzcan en costos más competitivos y en un servicio al cliente más satisfactorio, especialmente, considerando el crecimiento de las ventas por internet.
Al respecto, un reporte de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE) señala que las ventas digitales en el país alcanzaron los $15.4 billones durante el tercer trimestre de 2023. Es decir, un 10.3 % más en comparación con el mismo período de 2022 y un 54.5 % más en relación con el tercer trimestre de 2021.
Para superar los desafíos que enfrentan los empresarios en materia logística, el Informe Nacional de Competitividad propone aprovechar las nuevas tecnologías. En este punto está de acuerdo Andrés Isaza, CEO de Aveonline, quien sugiere:
Realizar un proceso de normalización, es decir, unificar la información que se maneje –como los formatos de los nombres de los clientes o las fechas de los envíos– para evitar que exista información errada o duplicada en las bases de datos de las empresas. De esta forma se previenen confusiones cuando se consultan los datos.
Estandarizar la toma de información para facilitar la obtención de reportes fidedignos sobre las ventas hechas a un cliente o a las temporalidades de mayor o menor venta de un negocio para tomar decisiones.
Implementar la analítica de datos para generar eficiencias de costos e identificar oportunidades de venta, capturando esta información para usarla de manera adecuada.
El Informe Nacional de Competitividad señala que entre 2010 y 2019, el 77 % de la carga transportada en Colombia se movilizó por carretera. Los costos de fletes impactan los costos totales de logística y se constituyen en un obstáculo para la competitividad. Ese, de hecho, es otro de los puntos sobre los cuales pone la lupa el Informe Nacional de Competitividad, dado que, entre enero de 2019 y el mismo mes de 2022, los costos de transporte por tonelada aumentaron un 24 %.
Al respecto, Andrés Isaza recalca que lo importante es fortalecer el modelo de fullfilment, que propone a las empresas contar con bodegas en las ciudades del país donde tienen mayor distribución para abastecerlas mediante envíos masivos periódicos. La selección de estas ciudades debe partir de datos que confirmen el promedio de ventas.
Este modelo ayuda a disminuir costos y hacer más oportunas las entregas de los pedidos, lográndolas incluso, el mismo día de la venta. “Por otro lado, algunas empresas tienden a confiar en una transportadora, pero ninguna supera a todas las demás a nivel de trayectos o tipos de servicios, entonces, es importante decidir en tiempo real cuál transportadora conviene más para cierto trayecto o tipo de servicio”, asegura el experto.
Otro de los aspectos que los empresarios sí pueden controlar es el de los costos ocultos. En ocasiones, las compañías eligen la transportadora que les ofrece los fletes más económicos, pero no contemplan que una transportadora poco idónea puede hacerlas incurrir en reprocesos o devoluciones que llevan implícita una carga económica o una experiencia insatisfactoria para el cliente.
Teniendo en cuenta lo anterior, pagar un valor más elevado en fletes genera otras ventajas. Por un lado, se cuenta con una transportadora que implementa procesos automatizados de validación de direcciones y confirma el destinatario antes del despacho, disminuyendo así devoluciones y, por otro, se integran sistemas para facilitar la facturación y la generación de guías de los pedidos de los clientes.
En este engranaje la flota juega un papel relevante. El Consejo Privado de Competitividad identificó que el 43 % del parque automotor colombiano supera los 11 años de antigüedad y que un 25 % de los vehículos tienen más de 16 años, afectando la productividad del transporte de carga y yendo en contravía de la sostenibilidad ambiental.
En este sentido los operadores locales juegan un rol principal, dado que han revolucionado el proceso logístico y de distribución de mercancías porque, además de desarrollar modelos de última milla, tienen la posibilidad de ofrecer una infraestructura más liviana y eficiente que la de las transportadoras tradicionales.
“Por la congestión de las ciudades, los vehículos de reparto grandes tardan más en las entregas. En cambio, el despacho de mercancías en ciertas zonas de una ciudad a través de bicicletas o vehículos más pequeños mejora la productividad y está en línea con la propuesta de contar con bodegas desde las cuales se pueda distribuir la mercancía de una forma más rápida”.
Los tiempos de carga y descarga de mercancía son otro desafío a superar, especialmente, porque las cifras no siempre reflejan la realidad de los empresarios:
Los tiempos de carga pueden verse afectados por errores e inconsistencias en las órdenes de compra o en las facturas, así como un almacenamiento de inventarios deficiente. Los tiempos de descarga, por su lado, corren el riesgo de hacerse mayores cuando la dirección del destinatario está errada o se genera un cruce de información con respecto al medio de pago. De ahí la importancia de elegir la transportadora que tenga optimizados sus procesos de despacho.
La última milla es importante porque el mercado es cada vez más exigente con los tiempos de entrega. En la medida en que un consumidor pueda comprar un producto y logre tenerlo en sus manos en el menor tiempo posible, el negocio que le ofrezca esa posibilidad será más relevante en el mercado.
La logística colaborativa consiste en compartir información y recursos para hacer más eficientes las cadenas de suministro tanto en los procesos de transporte como en el almacenamiento.
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