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Las API resuelven problemas de compatibilidad e integración entre sistemas, permitiendo a las empresas optimizar procesos y mejorar la experiencia del usuario.
Un problema común en la empresa de hoy es que trabaja con software y aplicaciones diferentes. El desarrollo de una API podría comunicar esos programas aparentemente incompatibles
“Vivimos en un mundo más interconectado”: esta frase no solo hace referencia a que estamos más cerca gracias a internet; también quiere decir que diferentes tecnologías se comunican entre sí.
Las API (por las iniciales en inglés de “interfaz de programación de aplicaciones”) son el enlace necesario para que sea posible la comunicación entre aplicaciones, sistemas y software.
Una API es la tecnología capaz de, por ejemplo, conectar la información de Facebook con Twitter, o de reproducir videos de Youtube directamente desde otra página web o incluso desde una app de mensajería como Whatsapp.
Las API son mensajeras hechas a la medida para conectar aplicaciones y software; son como el mesonero que lleva la orden desde la mesa del comensal hasta la cocina y luego entrega al cliente lo que ordenó.
Las API están escritas en un sencillo lenguaje de programación, como JSON o XML, compatible con la mayoría de los lenguajes más complejos (como HTML, CSS y JavaScript) que normalmente se utilizan para software, apps y sistemas operativos.
Aunque las compañías que más necesitan API son las relacionadas con las tecnologías de información y comunicaciones, cualquier empresa que lleve a cabo procesos de innovación o de transformación digital podría necesitar una o varias API.
Las empresas basan sus decisiones en datos, pero un problema común es que los datos se alojan o se procesan en sistemas operativos y software diferentes. En esos casos, las API están allí para comunicar programas aparentemente incompatibles; incluso conectan páginas web con servicios en la nube o con plataformas de pago como Paypal.
Contar con API es especialmente útil para optimizar el flujo de trabajo, pues permiten a los usuarios acceder fácilmente a la información que necesitan. Asimismo, las API abaratan los costos de mantenimiento de apps y sistemas operativos pues facilitan la transmisión de datos.
Es en el mundo de los servicios donde más provecho se puede sacar a las API, especialmente cuando los servicios pueden mejorarse si están interconectados. Paypal, por ejemplo, desarrolló su propia API para consolidarse como uno de los monederos digitales más utilizados. Lo mismo hizo Google con Google Maps al ver el potencial que tenía en el sector de comercialización; así que desarrolló una API para que los clientes puedan conectar sus mapas con ciertas funcionalidades.
Las empresas que operan con e-Commerce deben desarrollar su propia API para incorporar satisfactoriamente los productos de su catálogo a su web o incluso para agregar otros servicios (como pasarelas de pago) y permitir que sus API operen en la web.
Es recomendable que las empresas de desarrollo de aplicaciones o software desarrollen API que permitan a sus usuarios conectarse con otras apps o software que utilicen frecuentemente; también podrían aprovechar otras API para potenciar el alcance de sus productos. Una API aumenta la compatibilidad y expande la presencia de la compañía, una ventaja competitiva por donde se la vea.
Si bien existen varias plataformas para descargar API de tipo código abierto o con licencia gratuita, lo mejor es encomendar su desarrollo a programadores profesionales. Eso sí, en comunicación abierta con la empresa, para asegurarse de que el resultado será el deseado para los usuarios finales, ya sean clientes o trabajadores.
En definitiva, cualquier empresa que medianamente emplee tecnología o que apunte hacia su transformación digital encontrará en las API una solución para automatizar sus procesos y tomar mejores decisiones guiadas por la información que almacena.
Entre las tantas innovaciones que revolucionan las empresas, una de las más útiles son las API. Las API permiten conectar apps, software y sistemas operativos aparentemente incompatibles. El resultado es un mejor flujo de trabajo y de información, una mejor gestión del tiempo y la disposición de más variables a la hora de decidir.
Las API son herramientas que las empresas —especialmente del sector de tecnologías de información y comunicaciones— deberían incorporar para facilitar tanto sus operaciones como la experiencia de sus usuarios. Y para las empresas cuyo objetivo sea su transformación digital, las API deben formar parte de su repertorio de herramientas tecnológicas.
El freemium, combinación de "free" y "premium", ofrece servicios gratuitos con la opción pagada. Atrae clientes y permite a las empresas mostrar la calidad de sus productos. Se aplica de diversas maneras, ejemplificado por Spotify, Avast y Dropbox.
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