Bancolombia
Tras una notable recuperación pospandemia, 2023 se proyecta como un año de marcada desaceleración. Conoce aquí las perspectivas de nuestros expertos.
Recientemente nuestros expertos de la dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado realizaron un detallado análisis denominado Guía Bancolombia con las perspectivas macroeconómicas y de los sectores productivos en Colombia.
Así, tras una notable recuperación postpandemia, anticipan para este año una marcada desaceleración de la actividad productiva del país. Sin embargo, este no será un retroceso cualquiera, pues estará condicionado por diversos elementos que lo harán especialmente desafiante e incierto.
En cuanto a sectores productivos, nuestros analistas prevén que aquellas industrias que crecieron poco el año anterior tengan unas mejores perspectivas de crecimiento, es decir, el comercio, la industria y el entretenimiento, cederían el protagonismo a los sectores agropecuario, inmobiliario y servicios públicos.
Por lo anterior, te invitamos a conocer la Guía Bancolombia 2023, un análisis donde exploramos a profundidad el comportamiento de las variables macroeconómicas y el desempeño de los sectores productivos.
Aterrizaje es el término que más se utiliza en el mundo económico cuando un país entra en la fase descendente del ciclo productivo. Y, pese a que su uso frecuente la ha convertido casi en un cliché, esta metáfora aeronáutica describe con claridad lo que ocurrirá con la economía colombiana este año.
En 2023, precisamente, tendremos un aterrizaje condicionado por diversos elementos que lo harán muy incierto. Cabe mencionar que, para los pilotos, los tres factores críticos al momento de aterrizar son: tierra, aire y aparato.
En nuestra analogía, el primero es equiparable a la situación mundial. El conflicto bélico en Ucrania y las tensiones geopolíticas que hoy vemos ponen de manifiesto que el paradigma de la globalización que imperó en décadas pasadas se rompió. El resultado es un mundo más fragmentado, en el que la economía queda supeditada a los acontecimientos políticos, y las crisis energéticas y alimenticias están a la orden del día. En otras palabras, el piso de la pista sobre la que se aterrizará está moviéndose de forma abrupta.
El factor aire, que asimilamos a las condiciones económicas y financieras internacionales, está marcado por tormentas y fuertes vientos. La estanflación, entendida como un crecimiento bajo o nulo que coincide con una alta inflación, continuará siendo la tendencia predominante en buena parte del mundo. Además, es probable que algunas grandes economías entren en recesión en 2023.
Lo anterior ha provocado estrés en los mercados financieros, lo que además se ha potenciado por las fuertes alzas en las tasas de interés adoptadas por la mayoría de los bancos centrales. En suma, la economía global nos impondrá condiciones financieras más apretadas y volátiles, menor demanda por nuestras exportaciones y términos de intercambio que se moderarán desde sus máximos recientes.
Así mismo, el factor aparato se ha tornado más desafiante porque, en medio de la alta aversión al riesgo y el menor apetito por activos emergentes, aquellos países con vulnerabilidades más agudas son sujetos a un escrutinio estricto.
Es innegable que los déficits gemelos han sido un talón de Aquiles recurrente de nuestro país. Sin embargo, la ampliación del déficit fiscal desde la pandemia y la intensificación del desbalance frente al resto del mundo resultante del avance de la demanda interna desde 2021 han aumentado la dependencia de Colombia a los flujos de capitales internacionales. A esto se suma la incertidumbre causada por la agenda de reformas de la nueva administración, la cual genera inquietudes en frentes con altos impactos en lo económico y lo financiero.
Por otro lado, y como consecuencia de la moderación en la actividad económica, anticipamos un incremento en la desocupación. En particular, nuestros expertos proyectan que la tasa de desempleo anual se incrementaría en 0,7 pp, con lo que se elevaría a 12,1 % durante 2023.
El aterrizaje este año será uno de los momentos más álgidos que vivirá la economía colombiana en su historia moderna. De la forma en la que se gestione esta coyuntura dependerá que el país esté en condiciones de comenzar un despegue sólido a partir de 2024.
Si te interesa entender en detalle y conocer el análisis de nuestros expertos en materia de entorno internacional, crecimiento y mercado laboral, sector externo y tasa de cambio, inflación, tasas de interés y TES y, perspectivas de mediano plazo, de invitamos a descargar gratis el informe “Guía Bancolombia: la economía”. Descarga el PDF: Guía Bancolombia 2023 la economía. Te recomendamos leer: > Radiografía de los subsidios de vivienda en Colombia en 2023 > Salarios mínimos en Latinoamérica: ¿cómo está Colombia? > Construcción y vivienda moderarán dinamismo en 2023 Los sectores productivos: 2023 será el momento de sectores que crecieron poco el año anterior
El aterrizaje que experimentará la economía colombiana este año generará cambios importantes en los crecimientos sectoriales. La acentuada recuperación pospandemia que vivió el país se soportó en un crecimiento importante de la demanda interna, particularmente del gasto privado. Esto permitió una expansión significativa de sectores como el comercio, el entretenimiento y las comunicaciones. Tal desempeño eclipsó las cifras del resto de actividades.
Sin embargo, en medio de unos crecimientos muy inferiores a los de la historia reciente, serán otros renglones productivos los que tengan un mejor desempeño relativo. Algunas de estas industrias se caracterizan por mostrar una débil relación con el ciclo económico. Entre estos se destacan las actividades agropecuarias, el sector inmobiliario y los servicios públicos.
Para el agro, el escenario base de nuestros expertos es un crecimiento de 2,2 %, dinámica que se daría por impulso del subsector pecuario, dada la alta demanda por proteína y, a medida que las condiciones climáticas se normalicen, a una recuperación en la producción de café.
Con respecto al sector inmobiliario, la expansión prevista de 1,7 % en 2023 reflejaría que sus activos sirven como activo de refugio en escenarios de alta inflación o desaceleración económica.
Una tasa de crecimiento similar ocurriría en los servicios públicos, cuya demanda tiende a ser estable.
En el extremo opuesto se encuentran el macrosector CTAC (comercio, transporte, alojamiento y comidas) y entretenimiento y servicios para los hogares. Ambas categorías vienen de encadenar dos años consecutivos con crecimientos de doble dígito. Este desempeño sobresaliente fue posible gracias al desmonte de las restricciones sanitarias, los excedentes de ingreso acumulados en 2020, los ingresos por remesas y las bajas tasas de interés.
Sin embargo, el agotamiento natural del avance en el consumo privado pasará factura en 2023. De este modo, nuestros analistas anticipan contracciones del orden de 0,3 % y 1,1 %, respectivamente. En todo caso, al final del próximo año el valor real del PIB de estos sectores estaría muy por encima de sus registros precovid.
Así pues, 2023 no solo depara un desempeño sectorial heterogéneo, sino también un cambio importante en los renglones de mayor y menor dinamismo. Este será un atributo clave del aterrizaje inédito que nos espera.
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Descarga el PDF: Guía Bancolombia 2023 los sectores productivos. Fuentes:
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