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Informe de doble materialidad: ¿por qué es importante?
La materialidad y la doble materialidad ayudan a identificar los teman en que las empresas deben enfocar su gestión ambiental. Lee más sobre este análisis.
Minerales como el cobre o el níquel cobran importancia para la transición energética en el país. Conoce más.
La transición energética global está en marcha y actualmente es impulsada por la necesidad de reducir las emisiones de gases efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático. En este contexto, los minerales juegan un papel crucial, en especial, en la electrificación y el desarrollo de tecnologías limpias. Colombia, con su amplia riqueza mineral, se posiciona como un actor clave en esta transformación, destacándose particularmente el cobre como uno de los de mayor potencial para el país debido a los proyectos previstos en varias zonas. Impulsar el desarrollo de estas iniciativas es fundamental y más si se tienen en cuenta puntos clave en los cuales se pueden aprovechar atributos como la electrificación, una pieza central en la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. Los vehículos eléctricos (VE), las energías renovables como la solar y la eólica, y las redes inteligentes dependen en gran medida de diversos minerales.
El cobre, por ejemplo, es esencial para la fabricación de cables eléctricos, motores y baterías y se ha establecido como el de mayor interés entre los nuevos proyectos.
Además de este, otros minerales como el litio, el níquel, el cobalto y las tierras raras son cruciales para la fabricación de baterías y otros componentes electrónicos necesarios para la transición energética. Estos materiales no solo facilitan la producción de energía limpia, sino que también aseguran su almacenamiento y distribución eficiente. De hecho, la Agencia Nacional de Minería (ANM) actualizó a finales del año mediante una resolución un completo listado de 17 grupos de minerales considerados como estratégicos. Para el presidente de la ANM, Álvaro Pardo, actualizar estos minerales estratégicos de Colombia era una tarea prioritaria dado que “son fundamentales para el desarrollo social y económico del país, y para avanzar en la implementación de la nueva visión de la minería” que permitirá transitar al país de un modelo económico reindustrializado, sostenible y productivo.
América Latina es una de las zonas geográficas con el mayor potencial de cobre para la transición energética mundial. De hecho, Colombia está ubicado en el cinturón metalogénico que hace presencia a lo largo de la cordillera de los Andes, en donde –en los últimos 50 años– se han encontrado yacimientos que han dado origen a grandes proyectos mineros en Chile, Perú o Ecuador, entre otros. A su vez, datos de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) señalan que en este cinturón se estiman recursos hipotéticos de 37,3 millones de toneladas de cobre. En lo que corresponde a Colombia, el potencial asciende hasta los 9,7 millones de toneladas.
Así, aunque Colombia tiene solo una mina de cobre en producción (El Roble) en el departamento del Chocó y que opera Atico Mining Corporation, se estima que hay alrededor de 10 proyectos en cartera, sobre todo en la Cordillera Occidental. Entre ellos, resaltan tres grandes iniciativas en el país: Quebradona, San Matías y Mocoa.
Ubicada en el municipio de Jericó, Antioquia, es uno de los proyectos más prometedores. Operada por AngloGold Ashanti, esta mina se espera que produzca alrededor de 4,9 millones de toneladas de concentrado de cobre durante sus 23 años de vida útil. La fase de construcción está prevista para cuatro años y la de explotación para 21 años. Posteriormente, se contempla una fase de cierre de tres años y otra de post cierre, de 10 años. Se espera que el proyecto trate 6,2 millones de toneladas (Mt) anuales para producir 1,36 Mt de cobre, 1,5 millones de onzas (Moz) de oro y 21 Moz de plata, siendo así una obra con multiproducción. En materia ambiental, tiene previsto recircular más del 80 % del agua que consume y devolver las aguas que capte en mejores condiciones que las iniciales.
Esta iniciativa se ubica en el municipio de Puerto Libertador, en el departamento de Córdoba. Es un proyecto estimado en alrededor de USD700 millones a cargo de Cordoba Minerals Corp. y que avanza en estudio de factibilidad y de impacto ambiental para 2024. La empresa ha proyectado reservas probables de aproximadamente 486.000 toneladas de cobre, un millón de onzas de oro y 800 millones de onzas de plata. Así, una vez esté en producción plena se espera que diariamente produzca aproximadamente 2.000 toneladas de cobre, muy por encima de las 875 toneladas al día que se están produciendo en el país actualmente.
Este proyecto en asociación de Libero Cobre y Anglo Asian Mining se ubica en el suroeste de Colombia en Mocoa, en el departamento de Putumayo. Algunas estimaciones de la empresa destacan que Mocoa contiene los mayores recursos de este mineral en Colombia pues se calcula un recurso inferido restringido que contiene hasta 4.600 millones de libras de cobre y unas 511 millones de libras de molibdeno. A su vez, es uno de los yacimientos más antiguos descubiertos en el país pues se remonta a 1973. La mineralización de cobre y molibdeno de alto grado continúa a profundidades superiores a los 1.000 metros. El cinturón donde se encuentra Mocoa alberga varios otros depósitos que se extienden a Ecuador, como Mirador, San Carlos, Panantza y Waritza. Así, estos tres proyectos revelan cómo sus proyecciones y exploraciones muestran un gran potencial para la extracción sostenible de este mineral y convertir a Colombia en un importante proveedor de cobre a nivel mundial. De otro lado, hay que recordar que Colombia es el primer productor de níquel en Suramérica con seis yacimientos: tres en el departamento de Córdoba (Cerro Matoso, Planeta Rica y Uré) y tres en Antioquia (Ituango, Pelón y Medellín). De hecho, en uno de los proyectos de Córdoba se encuentra la mina de níquel más grande a cielo abierto en el continente americano, siendo un factor clave ante la posibilidad de fabricar baterías a gran escala. Precisamente, la transición energética requiere una variedad de minerales, cada uno con un papel específico en la cadena de suministro de tecnologías limpias. Estos son los más importantes:
El precio del cobre ha experimentado fluctuaciones significativas en los últimos años, influenciado por la demanda global, especialmente de países como China y la creciente industria de VE. En mayo de 2024, alcanzó un máximo histórico al superar 11.000 dólares la tonelada. Así, los contratos de cobre se han convertido en uno de los activos más valiosos en 2024 dentro del mercado de materias primas, a pesar de sus altibajos por su vinculación a la transición energética.
A nivel mundial, el cobre se utiliza en una amplia gama de aplicaciones, desde la construcción y la industria automotriz hasta las telecomunicaciones y la electrónica. En la construcción, el cobre se emplea en sistemas de tuberías, techos y revestimientos debido a su durabilidad y resistencia a la corrosión. En la industria automotriz, es fundamental para los sistemas eléctricos y de refrigeración de los vehículos. Además del cobre, el litio es un componente esencial en las baterías recargables utilizadas en VE, dispositivos electrónicos portátiles y sistemas de almacenamiento de energía renovable. El níquel y el cobalto también son cruciales para las baterías de iones de litio, mejorando su capacidad y durabilidad. Las tierras raras, un grupo de 17 elementos químicos, son indispensables en la fabricación de imanes permanentes utilizados en motores eléctricos y generadores de energía eólica. En el mundo, Chile se ha consolidado como el mayor productor con importantes minas como Escondida y Chuquicamata. Perú y China también son grandes productores de este metal. En cuanto al litio, Australia, Chile y China lideran la producción mundial, con grandes reservas en el Salar de Atacama (Chile) y el Triángulo del Litio que incluye Bolivia y Argentina. El níquel se extrae principalmente en Indonesia, Filipinas y Rusia, mientras que la República Democrática del Congo es el principal productor de cobalto. Las tierras raras se extraen en su mayoría en China, que controla más del 70 % de la producción mundial.
Conclusiones
Colombia con su riqueza diversa en minerales tiene oportunidades para aprovechar estos recursos de manera sostenible para contribuir a la transición energética y el desarrollo de tecnologías limpias, así como impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo en regiones mineras.
El Hub de Innovación de Cobre ha concluido que las proyecciones de producción de los proyectos en Colombia darían una capacidad de entre 500.000 y 700.000 toneladas de cobre desde 2030 cada año si se suman las diferentes iniciativas en marcha.
De este modo, la demanda global de minerales esenciales como este y otros para la transición energética seguirá creciendo, por lo que Colombia está bien posicionada para convertirse en un proveedor clave en el escenario internacional.
Fuentes:
La materialidad y la doble materialidad ayudan a identificar los teman en que las empresas deben enfocar su gestión ambiental. Lee más sobre este análisis.
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